Sonidos de otras épocas en Jocotepec

Mtro. Manuel Flores Jiménez.*Cronista de Jocotepec, Jalisco.

1.- Sonido largo y melódico de los afiladores de cuchillos, que con su cajón al hombro anunciaban su presencia por las calles del pueblo en la espera de sacarle filo a todo utensilio que lo requiriera. No había cosa más molesta para un ama de casa que tener un cuchillo sin filo en su cocina. El afilador se sentaba en su pequeño banco de madera y giraba su piedra de afilar, poniendo los filos de los cuchillos de cocina cerca de ella de donde se desprendían un cúmulo de ininterrumpidas chispas al girar la piedra. Al terminar, se alejaban con su largo y disparejo pitido que se perdía en la lejanía de las calles.

2.- El silbato del cartero anunciaba muchas cosas: la llegada de las tarjetas de Navidad en diciembre, alguna noticia largamente esperada pero, sobre todo, el chequecito bien escondido en medio de las hojas escritas que venía a aliviar las severas necesidades económicas de las familias. Nuestras familias esperaban con ansia los dineros provenientes del Norte para solventar tantas cosas.

Al abrir las cartas se desprendían los aromas de otras latitudes. El cartero correspondía con buen modo a las sonrisas de júbilo de los vecinos y pronto se alejaba en su bicicleta por las calles mal empedradas a terminar su jornada. Otras veces no era alegría sino tristeza al ver que no había dinero en la carta. Así solía pasar, no siempre había dinero que mandar porque nuestros emigrados también tenían allá sus grandes necesidades que cubrir.

3. ¡Puerco y puerca!

Ese era el fuerte grito del Bajito, ese hombre de corta estatura que lanzaba desde el mercado que estaba en aquellos años enfrente de la plaza, por la calle Allende. Así anunciaba a pleno grito la llegada de la batea de los chicharrones recién salidos del cazo de cobre de la casa de Antonio Ibarra, el matancero, donde se preparaban las aldillas, el buche, el hígado, el corazón, las tripas y demás entrañas de los porcinos que se sacrificaban en el rastro que se localizaba donde hoy está la Dirección de Seguridad (esquina Hidalgo sur y Donato Guerra, en el antiguo barrio que le llamaban la Cruz Verde. Los aromas de los chicharrones se iban desparramando a lo largo de su recorrido sacando hambre y antojo. Tiempos de antes ya desaparecidos.

4.- Los rumorosos motores de los autobuses y camiones de carga que se escuchaban a deshoras de la madrugada, en aquellos tiempos en que el pueblo era sumamente silencioso. Los sonidos de las máquinas se transmitían desde el crucero del pueblo, distante unos dos kilómetros, y llegaban hasta nuestras casas. En esos años solamente esa carretera era la que llevaba a la ciudad de México, y a todas horas del día y la madrugada pasaban los camiones. En aquellos años todo era silencio y quietud que brevemente eran interrumpidos para luego continuar igual.

MANUEL FLORES JIMÉNEZ/ Cronista de Jocotepec, Jalisco.

(Las dos imágenes que ilustran esta publicación pertenecen a Pinterest, y se integran sin fines de lucro y sólo para recrear el contexto del texto. Gracias.

Jesús Rojas, se va de La Palma en 1930 como cura de Ziracuaretiro. Fin de una historia.

Francisco Gabriel Montes Ayala

El padre Jesús Rojas Gil, originario de Sahuayo, (hijo de don Demetrio Rojas y de doña Rafaela Gil) fue notificado el 22 de enero de 1930 que debía abandonar la Vicaría de La Palma de Jesús.

Había llegado en los primeros días de 1922 en su primera etapa y más productiva como sacerdote a esta hacienda. Trazó las calles, introdujo la luz eléctrica en La Palma, comenzó con la construcción de la Plaza y en 1924 por influencia de él y de su amigo, el Lic. Aurelio Gómez Padilla, se hace Tenencia La Palma del municipio de Sahuayo; remodela toda la capilla, el altar, compra las imágenes y bautiza al pueblo como “La Palma de Jesús” al consagrar la comunidad, al Sagrado Corazón de Jesús. Y también el Divino Rostro, de ser solo una piedra, lo enmarca como lo conocemos hoy. Pudo la cruz en el cerro del copito y abrió la calle que va hacia aquel lugar santo. Pero se separó de la Vicaría apenas iniciado el conflicto cristero, en agosto de 1926.

El padre Marcos Vega Ceja, su sustituto,  le tocó llegar en septiembre de 1926 cuando se había suspendido  el culto por la guerra; vivía  a salto de mata en el cerro  y celebraba en casas como la de mi tía Aurora Zepeda, o con doña Emilia Mora, ya en la casa de mi bisabuelo (primo hermano del padre Vega) Rodrigo Montes, ya  con Manuel Zapién, otras veces con Eligio Castellanos, y así vivió y trabajó en casas distintas para bautizar o casar, confesar y dar la comunión. La capilla de 1926 a 1929 estuvo habilitada como cuadra y cuartel. El padre Vega estaba acostumbrado a andar a salto de mata, pues había sido maderista en la revolución y contaba con apoyo de José Vega, su hermano, de mi tío Francisco Montes Zepeda y de Chema Castellanos, que siempre andaban con él, cuidándolo, bien armados.

En enero de 1929 volvió el Padre Rojas  y, cuando se arregló el conflicto del estado y la iglesia, encontramos en la correspondencia del padre,  que le pusieron miles de trabas para entregar la capilla de La Palma. Hay correspondencia de la mitra y del padre Rojas donde  ambos apelaron a la intervención del diputado Rafael Picazo para mediar con el gobierno y  devolvieran la capilla.

Pero a mediados de enero de 1930 todavía no se entregaba el inmueble;  con tristeza,  el padre rojas expresa que «no hay culto en La Palma debido a que tampoco puede celebrar en lugares públicos por los arreglos de junio de 1929″.

Pero el 22 de enero le llegó un carta al padre Rojas de su prelado diciéndole: “ Envío a usted con la presente, el nombramiento de Párroco de Ziracuaretiro…(sic), el cura don Francisco Amezcua tiene necesidad de salir pronto para su nueva Parroquia de Tacatzcuaro; de manera que sería conveniente que recibiera usted su primera parroquia el día 31. Recomiendo a usted evite prudentemente cualquier agitación en ese pueblo en ocasión de su salida y aún el envío de ocursos y peticiones a esta superioridad, ya que su cambio obedece a la necesidad de atender a los fieles de una Parroquia”.

Tristemente para La Palma,  su vicario y capellán don Jesús Rojas, tuvo que aceptar el nombramiento, pero el mismo día 22 de enero cuando contestaba y refería que: “Si al señor le agradara que yo fuera registrado podría quedar en La Palma y se regocijaría este pueblo con el culto público…”

Jesús Rojas en 1923 en el recién remodelado atrio de la Capilla de la Hacienda de La Palma.

Pero no le fue aceptada tal petición y para el día 26 de enero se encontraba en su casa en Sahuayo en Constitución No. 7, y escribía al Vicario General  don Luis García haciéndole algunas recomendaciones para que su querida Palma no sufriera por la falta de Vicario. Todavía el padre Rojas hacía un acomodo, pues pedía se fuera el capellán del Sagrado Corazón de Sahuayo don Melesio R. Espinoza, y si no fuera posible, menciona: “el  Padre Arregui que es padrino y amigo del diputado Rafael Picazo, conseguirán que celebren y oficien públicamente el Padre José Sánchez a quién ayudará en la medida que pueda el Padre Castillo. Examine V.S.  lo propuesto y si le parece bien propóngalo a su Ilmo. Sr”.

Para el 31 de enero el padre Rojas tomaba posesión de su primera parroquia en Ziracuaretiro donde también, como en La Palma, dejaría una huella imborrable. Pero en La Palma la gente amargamente lloraba la salida de Rojas, cuando supieron que ese mismo día habían nombrado al Padre Francisco Castillo como Vicario Fijo…pero todavía en el mes de marzo de 1930 no se presentaba.  Hasta que en Mayo aparece nuevamente como Vicario el Padre don Marcos Vega Ceja para cubrir un largo periodo.

(DOCUMENTOS y cartas del Archivo de la Diócesis de Zamora, carpetas referentes a la Parroquia de La Palma) Publicado en TRIBUNA el año de 2005, corregido y aumentado 2024, Fotografías del Archivo Histórico Particular FGM, todos los derechos reservados Francisco Gabriel Montes.

Prohibido la reproducción total o parcial del contenido y fotos.

La gloria de Dios en Guadalupe Zacatecas.

Capilla de Nápoles Exconvento y Colegio  propaganda Fide.


El nombre de “Capilla de Nápoles” se debe a la imagen titular a quien está dedicada, que fuera donada a la orden franciscana de esta comunidad por Isabel de Farnesio, Princesa de Nápoles y esposa del Rey Felipe V de España. Es una de las mejores manifestaciones de la arquitectura religiosa del siglo XIX, con acabados en estuco laminado de oro de diversos quilates y un artístico entarimado del piso, formado con maderas finas que dan forma a simétricas figuras geométricas, que a su vez conforman una grandiosa de rosa de los vientos. Su construcción comenzó en 1845, pero fue suspendida varias veces durante la guerra de Reforma y la exclaustración temporal que vivieron los franciscanos. Fue en 1866 cuando se concluyó y fue solemnemente dedicada a la Purísima Concepción.

Fuente: México Secreto Guiado 

Santuario de Nuestra Señora del Carmen: Tlapujahua, Michoacán.

Virreinato de la Nueva España. Arquitectura

Este Santuario, que antiguamente era la Parroquia de San Pedro y San Pablo es toda una joya arquitectónica construida en el auge minero de la población en el siglo XVIII. La decoración del interior es del estilo ecléctico hecha por Joaquín Orta Menchaca en 1905. Se venera a la virgen del Carmen que fue pintada en 1625 sobre un muro de adobe.

La iglesia que se construyó era pequeña y mal distribuida, en el siglo XVIII se demolió esta primera parroquia y edificó una nueva, digna de admiración, el interior estaba adornado con cinco maravillosos retablos y la opulencia había dejado su huella en los ornamentos y mobiliario, así como vasos de plata para consagrar, de todos tamaños, una custodia dorada y lámparas.

El siglo XIX trajo consigo cambios esenciales en el templo, la torre principal fue destruida por un rayo y los retablos de madera dorados fueron sustituidos en forma paulatina, las piezas de plata desaparecieron poco a poco, unas a causa de las guerras civiles de la época y otras debido a que fueron vendidas por los párrocos para sufragar los gastos de reparaciones del monumento.

El Altar Mayor fue transformado en gran medida durante los años treinta, colocándose al centro la imagen de la Virgen del Carmen, trasladada desde la capilla levantada en su honor, destruida por incendio.

La imagen, asombrosamente conservada se trasladó a la parroquia situándola al centro del Altar Mayor, finalmente en 1958 se trajo en las obras de decorado de una parte del Altar Mayor, cerca la imagen de la Virgen del Carmen. Imagen que año con año recibe miles de peregrinos.

Previo a la conquista. Antropofagía, esclavitud y sometimiento en el México prehispánico.

Francisco Gabriel Montes Ayala

“Moctezuma a quien muchos llaman emperador, dominaba en calidad de Tecutli de una de tantas ciudades, la más extraña, la más bella y la más poderosa por la descollante aptitud de guerra de sus fundadores” dice Pereyra. Y es que Moctezuma el gran Tlatoani de México, no había logrado nunca unificar el territorio que dominaban. Faltaban aprestos de guerra, no había animales de carga, no había sustento alimenticio y solo existía el trabajo de subsistencia y la guerra. No había la metalurgia para fabricar armas con hierro.

Se sabe hoy,  que grandes epidemias habían mermaban las naciones, las hambrunas habían acabado con grandes centros habitacionales y ceremoniales. Las ciudades estado que allí estaban hacían la guerra entre ellas, sojuzgaban y dominaban a otras, las guerras entre unos y otros eran muy frecuentes, incluso entre las mismas naciones, se hacían guerras civiles, intestinas entre ellos por dominio, por poder. Se puede decir que la guerra y el sometimiento era la tónica en la zona más «civilizada».  Los desiertos, las llanuras más allá de las ciudades había tribus nómadas, cazadoras y recolectoras.  El territorio de aquel tiempo que se considera “civilizado” era una pequeña proporción de lo que llegó a ser la Nueva España.

Había en el centro del país, en México-Tenochtitlan, un señorío independiente el de Texcoco y otro menor,  el de Tlacopan o Tacuba. Tenochtitlan que ya se había unido a Tlatelolco, y estaban atados los anteriores en una alianza y sujetos a Moctezuma en lo militar. Las conquistas daban tres tipos de tributarios. Los que voluntariamente se unían, los que tenían menos independencia y los sometidos. La esclavitud transitoria o permanente existía de manera vitalicia o hereditaria y era uno de los fines de las conquistas.

Los nobles dedicados al ejercicio de las armas, necesitaban de esclavos, albañiles, cargadores, servicio domestico, que se prestaba juntamente con sus hijas, primas, hermanas. El desarrollo del comercio ocupaba de hombres como bestias de carga que llevaban de aquí, allá, todo. Los comerciantes, “conducían así recuas de hombres cargados de mantas pintadas, artefactos de valor; también iban esclavos que, con los otros artículos, servían para adquirir cacao, vainilla, liquidámbar y cuantos productos daban las tierras calientes” afirma Carlos Pereyra.

Fuera de los dominios estaban numerosos señoríos independientes y libres, como Tlaxcala,  que era enemiga a muerte de los mexicanos y otras que generaban odio y que no podían manifestarlos por miedo al acoso y sometimiento. Moctezuma gobernaba no con el cetro y la corona, sino con el terror.

Había en cada pueblo y cada señorío, sacrificios humanos,  no existía un pueblo, por más pequeño que este estuviera, que los españoles no encontraran sangre fresca, miembros de cuerpos despedazados y aún cadáveres enteros a quienes solo habían arrancado el corazón. 

Cada sacrificio no solo daba sangre a los Dioses, sino que después arrancaban los muslos, los brazos, las piernas y se los comían como si hubieran sido reses recién matadas. Era un matadero para alimentar la población. Era la única forma de obtener proteínas.

En Tenochtitlan, los sacrificios eran peores y la antropofagia, era mayor. Muertos los hombres y sacrificados, su sangre era embarrada en las paredes del templo, los sacerdotes bebían la sangre del descorazonado y se emdarrubaba las melenas con ella y el hedor era insoportable de la sangre podrida que se acumulaba; las piernas y los brazos, eran utilizados para comer, el torso era entregado a los animales enjaulados que tenían para la guerra, la insalubridad en la ciudad reinaba por doquier. Para los cientos de espectadores que esperaban comer un poco de carne, era necesario sacrificar a muchos hombres,  para satisfacer el hambre.

El culpable de todo era Huichilobos, como le llamaron los españoles. Pero eso es otra historia.

Fiesta de Totolán, Michoacán. La Virgen de los Remedios.

Francisco Gabriel Montes Ayala

La Virgen de los Remedios es una imagen que data después de la década de los sesenta del siglo XVI cuando el fundador de la hacienda de La Palma, de San Juan Guaracha, don Hernando Toribio de Alcaraz y Ruiz, nieto de don Pedro Ruiz de Guadalcanal, conquistar de la zona de Zacatula y Colima, regaló la imagen a la comunidad indígena de San Martin Totolán, asentado en la Loma de la Cebada.

La Virgen es una de las imágenes realizadas en Pátzcuaro con caña de maíz, ya que el propio Hernando Toribio era el encargado, por Vasco de Quiroga de la construcción de la famosa Basílica de aquella ciudad de Michoacán.

Las peregrinaciones, a lo largo de la historia de cientos de miles de personas de diversas comunidades, son parte de la tradición de esta festividad, que no se sabe a ciencia cierta cuando iniciaron; continúan hoy en día y son peculiares porque las personas toman los caminos de la ciénega para llegar hasta San Martín Totolán de diversas comunidades. En este 2024 hemos visto peregrinaciones de diversas parroquias de la ciénega, que antes de la fiesta del 31 de mayo, se dan cita en el santuario de la Virgen de los Remedios, o como la gente la conoce: «la Güerita de Totolán».

Esta fiesta esta llena de colorido, y el templo está arreglado finamente, siguiendo ya una tradición que poco se modifica, y que nos muestra un amor inmenso a esta imagen milagrosa, que hoy luce un vestido muy bien engalanado y precioso.

Totolán está de fiesta este 2024, los visitantes ya superan los miles que van a darle las gracias a la Virgen de los Remedios. Actualmente es cura del lugar, el padre Manuel Navarro Temores, originario de Briseñas, Michoacán.

Ex hacienda del Charro Negro.

La Hacienda La Cofradía es una antigua construcción ubicada en el poblado de Amatitán, Jalisco, y data del año 1800. Se cuenta que en la antigüedad fungió como una destiladora de agave, pero hoy en día ya se encuentra en total abandono. A pesar de eso, podemos apreciar unos impresionantes paisajes agaveros que son realmente sorprendentes. Esta antigua hacienda también cuenta con muchas historias sobre avistamientos del legendario personaje conocido como el Charro Negro, donde la gente afirma que por las noches se puede ver la silueta de un hombre acompañado de su caballo deambulando por los alrededores. Es por eso que a este lugar también se le conoce como la Hacienda del Charro Negro.»

Fuente dimension abandonada

La fortaleza de San Juan de Ulúa, sufrió los ataques de corsarios y piratas ingleses.

*El lugar donde se derroto a uno de los mas importantes corsarios de Inglaterra.

La flota inglesa estaba compuesta por seis naves: el Jesus of Lubeck, de la Royal Navy , a cargo de John Hawkins , el Minion, con John Hampton, el William and John , con Thomas Bolton, y el Judith , capitaneado por Francis Drake ;Francis Drake consiguió su fama como militar saqueando los puertos españoles en el Caribe cuando Inglaterra y el Imperio español ni siquiera estaban oficialmente en guerra. Bajo el mando de su primo segundo John Hawkin, aprendió con solo 13 años lo rentable que resultaba atacar los puertos españoles aprovechando las deficientes defensas hispanas y el lucrativo negocio del contrabando de esclavos. Lo cual no evitó que sufriera en persona una derrota de envergadura en esos años. En 1567, Hawkins realizó su tercera acometida contra las posesiones hispánicas. Tras hacerse con 450 esclavos en Guinea y Senegal, puso rumbo al Caribe al frente de seis barcos, entre los que estaba «El Judith», capitaneado por Drake. Una tormenta los obligó a dirigirse a Veracruz, donde, haciéndose pasar por la armada española, forzaron al virrey Martín Enríquez de Almansa a entregarles suministros. Para su desgracia, a los pocos días arribó en Veracruz la auténtica armada española. Cuatro buques piratas fueron hundidos, 500 tripulantes abatidos y las ganancias del contrabando de esclavos capturadas casi en su totalidad. Drake y su primo pudieron escapar de milagro. Estaban resueltos a remediar en los siguientes años aquella humillación.

A raíz de este incidente, Francis Drake adquirió un odio visceral hacia los españoles, lo que lo precipitó en su legendaria carrera como corsario vinculado a la reina Isabel I .

Por parte española, se produce la recuperación de las abundantes ganancias fruto de un año de saqueos.

FUENTE: Virreinato de la Nueva España: Arquitectura.

Hace 30 años la ciénega estaba inundada, el lago a nivel alto. Hoy en sequía lago y ejidos.

Francisco Gabriel Montes Ayala

Inundaciones en el ejido de La Palma, 1994 fotografía FGMA.

En un reportaje de 1994, del periódico diocesano MENSAJE de Zamora, en el cual colaboraba, acompañe a los comisariados ejidales de Venustiano Carranza, La Palma, Cerrito de Pescadores, La Magdalena y otros, a recorrer la ciénega, estaba totalmente inundada, y el lago rebosante de agua, con un nivel de más del 85% de su capacidad en la cota 95; en aquel entonces Antonio Zepeda, presidente del Comisariado Ejidal decía de la Comisión Nacional del Agua: “no quisieron echar a andar las bombas; nosotros estuvimos avisándole a la comisión de lo que podía ocurrir y no hicieron caso. Específicamente, el transformador del equipo de Pescadores estaba en mal estado, vinieron y se lo llevaron y quedaron de entregarlo rápido, es hora que no lo tienen reparado y ahora vemos que no podemos echar a andar este equipo que pudiera salvar este potrero de la inhundación. Aquí el único responsable es el Ing. Duarte, a quién hemos venido a demandar e iniciar querella contra este funcionario por su negligencia e irresponsabilidad”. Efectivamente un ministerio pública de aquel tiempo andaba con ellos para constatar las inundaciones y demandar al ingeniero José Luis Duarte por las pérdidas que ascendían en aquellos años en más de 30 millones de pesos.

Aquel reportaje decía «En un recorrido por los equipos de bombeo, la comisión de ejidatarios y comisariados ejidales, visitaron también el equipo Abraham Guerra y constataron que una bomba centrífuga más estaba funcionando, luego de que habían insistido en que la pusiera a trabajar y “ se habían negado siempre, esto es prueba que es solo negligencia, sintió la presión que estamos ejerciendo y ya la puso a trabajar”- dijeron los afectados. Sin duda alguna que la problemática de la ciénega se ha venido acrecentando y la poca responsabilidad de la comisión ha ido creciendo a niveles que traerán como consecuencia un incontrolable problema social». Sin embargo unos meses después la CNA y el gobierno de Salinas, entregarían los Módulos a los ejidatarios y el abandono en que estaban, las inundaciones, los predispusieron ha aceptar los módulos, que aún hoy, a 29 años de haberlos recibido, no son solución a la problemática del campo.

A cuarenta años, las cosas cambian, hoy hay sequía, el lago de Chapala en un 37% de su capacidad y la situación ha cambiado; así cambian las condiciones de acuerdo al tiempo, al deterioro del planeta, de la vida y de la ecología.

Trabajos que siguen haciendo para limpiezas de drenes y canales., foto FGMA

Copyright©Francisco Gabriel Montes Ayala, México 2024. Todos los derechos reservados de autor.

De Tlajomulco de Santo Santiago a Tlajomulco de Zúñiga

LIC. HELENA LÓPEZ ALCARAZ

La historia del revolucionario que borró al Patrón Santiago del nombre de su pueblo natal

José Eugenio Zúñiga Gálvez.

Santo Santiago, el protomártir del Colegio Apostólico, fue parte fundamental de la conquista hispana, no únicamente en el ámbito militar, sino también, y de forma especial, en el espiritual. La devoción al gran protector de las Españas, implantada por los franciscanos, fue fructífera incluso hasta en la toponimia de innumerables lugares, algunos de los cuales perduran hasta nuestros días. Algunos ejemplos de ello son Santiago Zapotitlán (delegación Tláhuac, en la capital del país), Santiago de Anaya (Hidalgo), Santiago Tangamandapio (Michoacán), Santiago Tlatelolco (Ciudad de México), Santiago del Monte (Estado de México) e inclusive la capital de una entidad de la República: Santiago de Querétaro. En total, de acuerdo con datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en 2006, 526 localidades llevan su nombre. Esta cifra se eleva a 756 si adicionamos las poblaciones que, aunque no llevan su nombre, no han dejado de considerarlo su patrono titular. Es decir, cada 25 de julio, más de setecientos poblados mexicanos están de fiesta, celebrando al apóstol.

Hay otras ciudades o pueblos, en contraste, en las que, si bien el Apóstol de la Hispanidad continúa siendo el protagonista de las festividades anuales, han perdido para siempre el nombre de su querido y venerado patrono, que otrora llevaron. Es el caso de Santiago del Saltillo, Santiago de Tonalá y, por supuesto, Santiago Sahuayo –o Tzaguaio–, hoy Saltillo (Coahuila), Tonalá (Jalisco) y Sahuayo de Morelos (Michoacán), respectivamente. Este último, de hecho, tuvo unido a su nombre el apellido del general Porfirio Díaz, desde 1891 hasta 1967.

Con todo, y ya que mencionamos Sahuayo, hubo un revolucionario que, por su participación en la asonada que arrojó del poder al presidente oaxaqueño octagenario, dio también su apellido a otra población. Aunque ésta no pertenece a la Ciénega de Chapala, el susodicho personaje dejó huella en la entonces Villa que hoy es considerada su capital y en su localidad vecina, Jiquilpan de Juárez.

Nos referimos a Eugenio Zúñiga Gálvez, nacido en Tlajomulco de Santo Santiago, Jalisco, el 8 de enero de 1884, en la finca que hoy ocupa la casa con el número 16 de la calle Juárez. Fue hijo de Ángel Zúñiga y Vicenta Gálvez y el segundo de los tres hijos que engendró este matrimonio. Sus abuelos paternos fueron Eugenio Zúñiga y Florencia Noyola; los maternos, Norberto Gálvez y Mucia –Mauricia en una de las actas de bautismo de su hijo Enrique– Rivas. Fue bautizado en la parroquia de San Antonio de Padua, de su villa natal, el 19 de enero de 1884. El Sacramento le fue administrado por el P. Camilo Castellanos, vicario, y le fueron impuestos los nombres de José Eugenio.

Fe de Bautismo de Eugenio Zúñiga.
Acta de nacimiento de Eugenio Zúñiga. Resaltado por la autora.

Para el momento en que Francisco I. Madero comenzó a difundir sus ideas antirreeleccionistas, Zúñiga laboraba como receptor de rentas en su pueblo natal. Allí, siempre luchó contra el caciquismo y contra aquellos que subyugaban y explotaban a las clases humildes. Asimismo, salvaguardaba y aconsejaba a los campesinos.

Eventualmente, Zúñiga renunció a su puesto en la receptoría de rentas y partió hacia Unión de San Antonio, donde se casó con María Trinidad Correa. Allí vivió hasta que partió hacia el estado de Morelos. Allí se sumó al Partido Antirreeleccionista, cuyos principales líderes eran los hermanos Figueroa Mata, oriundos de Huitzuco, Guerrero: Ambrosio, José Rómulo y Francisco. El primero de ellos le dispensó gran amistad y simpatía. Luego combatió bajo sus órdenes. Incluso, gracias a su sorprendente actuación en el campo de batalla, ganó el rango de Coronel.

Posteriormente, a la muerte de Madero, Zúñiga solicitó y obtuvo licencia para separarse de los hermanos Figueroa y volver a Jalisco, su estado natal, para pelear bajo los postulados del Plan de Guadalupe, abanderando la causa de Venustiano Carranza. Así, el 1 de marzo de 1913, junto con su paisano Julián del Real y con Julián Medina, originario de Hostotipaquillo, Jalisco, entró de lleno en la Revolución.

El 8 de mayo de 1913, Zúñiga reunió a un grupo de coterráneos en la plaza de Tlajomulco de Santo Santiago y los exhortó a unirse a la lucha constitucionalista. Sus hermanos Nicolás y Enrique partieron con él. Ya en el meollo de la contienda, las principales actividades de Eugenio fueron nombrar un ayuntamiento y organizar un Estado Mayor, cuyo jefe fue el coronel Zepeda. Numerosos campesinos se unieron a la hueste a lo largo de las incursiones que realizó por Acatlán de Juárez, Zacoalco y otras poblaciones y rancherías. A la par, a semejanza de otros cabecillas, exigía aportaciones monetarias a las personas pudientes, lo que le granjeó gran aversión por parte de éstos. Por aquellos tiempos alcanzó el rango de general.

Entonces Sahuayo, a la sazón de Díaz, entró en escena. El 22 de junio de 1913, Zúñiga irrumpió en Jiquilpan con setecientos hombres. José María Morales Ibarra, otro revolucionario, estuvo a poco de ser convencido por los munícipes sahuayenses de atacar a Zúñiga (González y González, 1998, p. 125), pero la intervención del entonces capitán Lázaro Cárdenas del Río, jiquilpense y seguidor de Zúñiga, evitó la confrontación.

El 23 del mismo mes, Zúñiga entró a Sahuayo. A semejanza de otros dirigentes que se distinguían por su animadversión contra el clero católico, ordenó el arresto de los sacerdotes e hizo que los condujeran ante él. En total fueron aprehendidos once presbíteros, cuyos nombres proporcionan tanto Luis González como José Prado: Pascual Orozco, el señor cura de la Parroquia de Santo Santiago; Enrique Sánchez Navarro, Trinidad Barragán, Melesio Espinosa, Luis Gálvez, Alberto Navarro, José Gutiérrez, los hermanos Enrique y Luis Amezcua, y Federico e Ignacio Sánchez –este último hermano de Macario Sánchez Sánchez, que hacía poco había visto nacer a su sexto hijo, José, el 28 de marzo pasado–. El grupo eclesiástico fue complementado con un joven seglar, José María Gálvez.

Los doce presos, fuertemente atados, fueron llevados a Jiquilpan. Zúñiga demandó cuarenta mil pesos a cambio de su libertad. A fin de persuadir al pueblo sahuayense, el tlajomulquense hizo fusilar a José María Gálvez frente a los once sacerdotes. Uno de ellos estuvo a punto de ser pasado también por las armas. El dinero fue reunido y entregado, y los presbíteros salvados. Doña Felícitas del Río, madre de Lázaro Cárdenas, le recomendó a este último que no procediera igual que su jefe. Los clérigos quedaron libres el 27 de junio, apenas unas horas antes de que Zúñiga partiera rumbo a Guadalajara, por el rumbo de la Ciénega (González y González, 1998, p. 129), hacia Tizapán.

Zúñiga tuvo un lugar destacado en la batalla de Orendain, el 6 de julio de 1914, ya que impidió que el ejército federal de Victoriano Huerta huyera hacia Colima y Manzanillo. Además, interrumpió las comunicaciones con la ciudad de México y se unió al general Lucio Blanco para cortar la retirada del general José María Mier. El 8 de julio de 1914, cuando las tropas constitucionalistas de Álvaro Obregón ocuparon Guadalajara, Zúñiga peleó en la Hacienda del Castillo, en El Salto, donde fue hallado el cuerpo sin vida de Mier.

Tras estos triunfos, Zúñiga y su destacamento se encuartelaron en Santa Cruz del Valle, desde el 9 al 27 de julio, cuando se marcharon junto a la columna de Lucio Blanco rumbo a la Ciudad de México, con la triunfante milicia obregonista.

La muerte del general Zúñiga tampoco ha sido aclarada completamente. La historia más célebre al respecto, de acuerdo con el libro Tlajomulco: Voces, visiones y perspectivas (2023), es la que sigue. De regreso a Jalisco, el gobernador y comandante militar Manuel Macario Diéguez empezó a ver con desconfianza la notoriedad –cada vez mayor– de Zúñiga, y a temer que fuera propuesto para el cargo de gobernador del estado. En adición, sospechaba de los constantes viajes que Zúñiga realizaba a Guadalajara desde Tlajomulco para visitar a su familia.

En consecuencia, tal como procedían los caudillos en la época, Diéguez determinó cortar por lo sano. Lo mandó apresar junto a su hermano el coronel Nicolás Zúñiga, y fueron confinados en la Penitenciaría de Escobedo bajo la excusa de haberse pasado al bando villista. Trasladados al cuartel Guerrero, situado en el ex Convento del Carmen, fueron fusilados la madrugada del 11 de diciembre de 1914. El libro Tlajomulco: Voces, visiones y perspectivas habla del día 12 del mismo mes, pero de 1915, pero la partida del Registro Civil proporciona los datos que expusimos.

Luis González y González, aunque no especifica la fecha, señala que Zúñiga murió “deshecho a bayonetazos por la escolta del general Diéguez” (1998, p. 129), lo cual está en consonancia con lo descrito en el libro Historia de la Revolución Mexicana, 1934-1940: los artífices del cardenismo: volumen 14 (p. 209), del mismo autor, y en el primer tomo de Lázaro Cárdenas, Modelo y Legado:

«el general Zúñiga, revolucionario radical, amigo del constitucionalismo –al cual Cárdenas no parece haber podido ver en Jiquilpan– fue sacrificado en unión de su hermano el coronel Nicolás Zúñiga, en el cuartel de El Carmen de Guadalajara, por órdenes del general Manuel M. Diéguez, jefe de la Zona de Jalisco. En esos días se dijo que el general Zúñiga, jalisciense, obtendría del Primer Jefe, señor Carranza, órdenes para relevar a Diéguez. Zúñiga y Diéguez tuvieron un altercado y se dice que Zúñiga dio un puñetazo en la cara a Diéguez y que por esto, pretextando que Zúñiga pretendía rebelarse contra Carranza, los mandó ejecutar; ejecución que se verificó a puñaladas de marrazo en el interior del cuartel de El Carmen. Zúñiga ―añade Cárdenas― fue amigo del constitucionalismo y no partidario de Villa. Las pasiones políticas de aquellos días lo llevaron al sacrificio».

La versión del H. Ayuntamiento de Tlajomulco, en un documento en que se presenta la iniciativa de erigir una estatua ecuestre del general, dice que fue decapitado el 1 de enero de 1915.

Leamos el documento, que hemos transcrito, que da fe de su deceso. Cabe mencionar que, además de un acta de defunción, es el permiso de Manuel M. Diéguez, ratificado frente a don Ángel Zúñiga, para que su hijo fuera sepultado en el cementerio de Mezquitán –que era, por entonces, el que estaba en funciones en Guadalajara–:

«Al margen izquierdo, centrado: 5398 / Cinco mil trescientos / noventa y ocho / Eugenio Zúñiga / 1172 / 31a edo. Herida / 2

Dentro: En Guadalajara, a 31 treinta y uno de di- ciembre de 1914 mil novecientos catorce, a las 4 ¾ cuatro y / tres cuartos de la tarde, el Juez que suscribe, recibió una co- / municación que en lo conducente dice: “El C. Gobernador / y Comandante Militar del Estado, tuvo a bien conceder / al C. Teniente Coronel Enrique Zúñiga, permiso para exhu- / mar del cuartel “Guerrero” los cadaveres de los señores Gene- / ral Eugenio Zuñiga……. y reinhumarlo en el Cementerio / Municipal de esta Capital.=Presente el señor Angel / Zúñiga, casado, agricultor, originario y vecino de Tlajomul- / [página siguiente] co, y accidentalmente en esta ciudad, y dijo: que el General / antes referido, era casado con María Trinidad Correa, de 31 / años, del mismo origen del declarante, su hijo / y de Vicenta Galvez y se reinhumará en el Cementerio Mu- / nicipal, según orden arriba suscrita y que se archiva bajo el nú- / mero de esta acta; cuyo fallecimiento acaeció el 11 once del / actual a las 12 ½ doce y media de la madrugada. […

El acta siguiente corresponde a la muerte de Nicolás, hermano de Eugenio.

Fragmento del acta de defunción de Eugenio Zúñiga. El Comandante Militar del Estado no es otro que Manuel M. Diéguez.

Menos de cuarenta años después, los paisanos de Zúñiga decidieron rememorarlo con un cambio toponímico. Así, por el decreto 4561, fechado el 27 de julio de 1939, Tlajomulco de Santo Santiago dejó de llamarse así para ser, hasta la actualidad, “Tlajomulco de Zúñiga”, en su honor. Actualmente sus restos yacen en el antiguo panteón de la cabecera municipal.

Copia de la iniciativa para colocar una estatua ecuestre de Zúñiga en su natal Tlajomulco.

Fuentes consultadas:

Campos Moreno, A. (2006). Algunas historias que en México se cuentan sobre el apóstol Santiago. Revista de Literaturas Populares. 6(1). http://www.rlp.culturaspopulares.org/textos/11/01-Campos.pdf

González y González, L. (1998). Sahuayo. México: El Colegio de México.

González y González, L. (1979). Historia de la Revolución Mexicana, 1934-1940: los artífices del cardenismo: volumen 14. México: El Colegio de México.

H. Ayuntamiento de Tlajomulco de Zúñiga (19 de octubre de 2017). Sin título. https://tlajomulco.gob.mx/sites/default/files/transparencia/iniciativasydictamenes2015-2018/IV.B)-19-DE-OCTUBRE-DEL-2017.pdf

Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (2020). Lázaro Cárdenas: Modelo y Legado. México: Secretaría de Cultura. Instituto Nacional de Estudios Históricos. https://inehrm.gob.mx/recursos/Libros/Lazaro_CardenasMLT1.pdf

Padilla Pérez, Jimeno Uribe, Orozco Gallardo & et. al. (2023). Tlajomulco: Voces, visiones y perspectivas. Editores: Enrique Gómez Lomelí, Catherine Fernández Hernández, Cindy Viridiana Oyarzabal Orozco. https://tlajomulco.gob.mx/TlajoVocesVisiones/assets/libro_2023_v2.pdf

Estatua del general Zúñiga en Tlajomulco. Fotografía tomada en 2016; créditos a su respectivo autor.