La Virgen de los Remedios es una imagen que data después de la década de los sesenta del siglo XVI cuando el fundador de la hacienda de La Palma, de San Juan Guaracha, don Hernando Toribio de Alcaraz y Ruiz, nieto de don Pedro Ruiz de Guadalcanal, conquistar de la zona de Zacatula y Colima, regaló la imagen a la comunidad indígena de San Martin Totolán, asentado en la Loma de la Cebada.
La Virgen es una de las imágenes realizadas en Pátzcuaro con caña de maíz, ya que el propio Hernando Toribio era el encargado, por Vasco de Quiroga de la construcción de la famosa Basílica de aquella ciudad de Michoacán.
Las peregrinaciones, a lo largo de la historia de cientos de miles de personas de diversas comunidades, son parte de la tradición de esta festividad, que no se sabe a ciencia cierta cuando iniciaron; continúan hoy en día y son peculiares porque las personas toman los caminos de la ciénega para llegar hasta San Martín Totolán de diversas comunidades. En este 2024 hemos visto peregrinaciones de diversas parroquias de la ciénega, que antes de la fiesta del 31 de mayo, se dan cita en el santuario de la Virgen de los Remedios, o como la gente la conoce: «la Güerita de Totolán».
Esta fiesta esta llena de colorido, y el templo está arreglado finamente, siguiendo ya una tradición que poco se modifica, y que nos muestra un amor inmenso a esta imagen milagrosa, que hoy luce un vestido muy bien engalanado y precioso.
Totolán está de fiesta este 2024, los visitantes ya superan los miles que van a darle las gracias a la Virgen de los Remedios. Actualmente es cura del lugar, el padre Manuel Navarro Temores, originario de Briseñas, Michoacán.
La Hacienda La Cofradía es una antigua construcción ubicada en el poblado de Amatitán, Jalisco, y data del año 1800. Se cuenta que en la antigüedad fungió como una destiladora de agave, pero hoy en día ya se encuentra en total abandono. A pesar de eso, podemos apreciar unos impresionantes paisajes agaveros que son realmente sorprendentes. Esta antigua hacienda también cuenta con muchas historias sobre avistamientos del legendario personaje conocido como el Charro Negro, donde la gente afirma que por las noches se puede ver la silueta de un hombre acompañado de su caballo deambulando por los alrededores. Es por eso que a este lugar también se le conoce como la Hacienda del Charro Negro.»
*El lugar donde se derroto a uno de los mas importantes corsarios de Inglaterra.
La flota inglesa estaba compuesta por seis naves: el Jesus of Lubeck, de la Royal Navy , a cargo de John Hawkins , el Minion, con John Hampton, el William and John , con Thomas Bolton, y el Judith , capitaneado por Francis Drake ;Francis Drake consiguió su fama como militar saqueando los puertos españoles en el Caribe cuando Inglaterra y el Imperio español ni siquiera estaban oficialmente en guerra. Bajo el mando de su primo segundo John Hawkin, aprendió con solo 13 años lo rentable que resultaba atacar los puertos españoles aprovechando las deficientes defensas hispanas y el lucrativo negocio del contrabando de esclavos. Lo cual no evitó que sufriera en persona una derrota de envergadura en esos años. En 1567, Hawkins realizó su tercera acometida contra las posesiones hispánicas. Tras hacerse con 450 esclavos en Guinea y Senegal, puso rumbo al Caribe al frente de seis barcos, entre los que estaba «El Judith», capitaneado por Drake. Una tormenta los obligó a dirigirse a Veracruz, donde, haciéndose pasar por la armada española, forzaron al virrey Martín Enríquez de Almansa a entregarles suministros. Para su desgracia, a los pocos días arribó en Veracruz la auténtica armada española. Cuatro buques piratas fueron hundidos, 500 tripulantes abatidos y las ganancias del contrabando de esclavos capturadas casi en su totalidad. Drake y su primo pudieron escapar de milagro. Estaban resueltos a remediar en los siguientes años aquella humillación.
A raíz de este incidente, Francis Drake adquirió un odio visceral hacia los españoles, lo que lo precipitó en su legendaria carrera como corsario vinculado a la reina Isabel I .
Por parte española, se produce la recuperación de las abundantes ganancias fruto de un año de saqueos.
FUENTE: Virreinato de la Nueva España: Arquitectura.
Inundaciones en el ejido de La Palma, 1994 fotografía FGMA.
En un reportaje de 1994, del periódico diocesano MENSAJE de Zamora, en el cual colaboraba, acompañe a los comisariados ejidales de Venustiano Carranza, La Palma, Cerrito de Pescadores, La Magdalena y otros, a recorrer la ciénega, estaba totalmente inundada, y el lago rebosante de agua, con un nivel de más del 85% de su capacidad en la cota 95; en aquel entonces Antonio Zepeda, presidente del Comisariado Ejidal decía de la Comisión Nacional del Agua: “no quisieron echar a andar las bombas; nosotros estuvimos avisándole a la comisión de lo que podía ocurrir y no hicieron caso. Específicamente, el transformador del equipo de Pescadores estaba en mal estado, vinieron y se lo llevaron y quedaron de entregarlo rápido, es hora que no lo tienen reparado y ahora vemos que no podemos echar a andar este equipo que pudiera salvar este potrero de la inhundación. Aquí el único responsable es el Ing. Duarte, a quién hemos venido a demandar e iniciar querella contra este funcionario por su negligencia e irresponsabilidad”. Efectivamente un ministerio pública de aquel tiempo andaba con ellos para constatar las inundaciones y demandar al ingeniero José Luis Duarte por las pérdidas que ascendían en aquellos años en más de 30 millones de pesos.
Aquel reportaje decía «En un recorrido por los equipos de bombeo, la comisión de ejidatarios y comisariados ejidales, visitaron también el equipo Abraham Guerra y constataron que una bomba centrífuga más estaba funcionando, luego de que habían insistido en que la pusiera a trabajar y “ se habían negado siempre, esto es prueba que es solo negligencia, sintió la presión que estamos ejerciendo y ya la puso a trabajar”- dijeron los afectados. Sin duda alguna que la problemática de la ciénega se ha venido acrecentando y la poca responsabilidad de la comisión ha ido creciendo a niveles que traerán como consecuencia un incontrolable problema social». Sin embargo unos meses después la CNA y el gobierno de Salinas, entregarían los Módulos a los ejidatarios y el abandono en que estaban, las inundaciones, los predispusieron ha aceptar los módulos, que aún hoy, a 29 años de haberlos recibido, no son solución a la problemática del campo.
A cuarenta años, las cosas cambian, hoy hay sequía, el lago de Chapala en un 37% de su capacidad y la situación ha cambiado; así cambian las condiciones de acuerdo al tiempo, al deterioro del planeta, de la vida y de la ecología.
Trabajos que siguen haciendo para limpiezas de drenes y canales., foto FGMA
La historia del revolucionario que borró al Patrón Santiago del nombre de su pueblo natal
José Eugenio Zúñiga Gálvez.
Santo Santiago, el protomártir del Colegio Apostólico, fue parte fundamental de la conquista hispana, no únicamente en el ámbito militar, sino también, y de forma especial, en el espiritual. La devoción al gran protector de las Españas, implantada por los franciscanos, fue fructífera incluso hasta en la toponimia de innumerables lugares, algunos de los cuales perduran hasta nuestros días. Algunos ejemplos de ello son Santiago Zapotitlán (delegación Tláhuac, en la capital del país), Santiago de Anaya (Hidalgo), Santiago Tangamandapio (Michoacán), Santiago Tlatelolco (Ciudad de México), Santiago del Monte (Estado de México) e inclusive la capital de una entidad de la República: Santiago de Querétaro. En total, de acuerdo con datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en 2006, 526 localidades llevan su nombre. Esta cifra se eleva a 756 si adicionamos las poblaciones que, aunque no llevan su nombre, no han dejado de considerarlo su patrono titular. Es decir, cada 25 de julio, más de setecientos poblados mexicanos están de fiesta, celebrando al apóstol.
Hay otras ciudades o pueblos, en contraste, en las que, si bien el Apóstol de la Hispanidad continúa siendo el protagonista de las festividades anuales, han perdido para siempre el nombre de su querido y venerado patrono, que otrora llevaron. Es el caso de Santiago del Saltillo, Santiago de Tonalá y, por supuesto, Santiago Sahuayo –o Tzaguaio–, hoy Saltillo (Coahuila), Tonalá (Jalisco) y Sahuayo de Morelos (Michoacán), respectivamente. Este último, de hecho, tuvo unido a su nombre el apellido del general Porfirio Díaz, desde 1891 hasta 1967.
Con todo, y ya que mencionamos Sahuayo, hubo un revolucionario que, por su participación en la asonada que arrojó del poder al presidente oaxaqueño octagenario, dio también su apellido a otra población. Aunque ésta no pertenece a la Ciénega de Chapala, el susodicho personaje dejó huella en la entonces Villa que hoy es considerada su capital y en su localidad vecina, Jiquilpan de Juárez.
Nos referimos a Eugenio Zúñiga Gálvez, nacido en Tlajomulco de Santo Santiago, Jalisco, el 8 de enero de 1884, en la finca que hoy ocupa la casa con el número 16 de la calle Juárez. Fue hijo de Ángel Zúñiga y Vicenta Gálvez y el segundo de los tres hijos que engendró este matrimonio. Sus abuelos paternos fueron Eugenio Zúñiga y Florencia Noyola; los maternos, Norberto Gálvez y Mucia –Mauricia en una de las actas de bautismo de su hijo Enrique– Rivas. Fue bautizado en la parroquia de San Antonio de Padua, de su villa natal, el 19 de enero de 1884. El Sacramento le fue administrado por el P. Camilo Castellanos, vicario, y le fueron impuestos los nombres de José Eugenio.
Fe de Bautismo de Eugenio Zúñiga.Acta de nacimiento de Eugenio Zúñiga. Resaltado por la autora.
Para el momento en que Francisco I. Madero comenzó a difundir sus ideas antirreeleccionistas, Zúñiga laboraba como receptor de rentas en su pueblo natal. Allí, siempre luchó contra el caciquismo y contra aquellos que subyugaban y explotaban a las clases humildes. Asimismo, salvaguardaba y aconsejaba a los campesinos.
Eventualmente, Zúñiga renunció a su puesto en la receptoría de rentas y partió hacia Unión de San Antonio, donde se casó con María Trinidad Correa. Allí vivió hasta que partió hacia el estado de Morelos. Allí se sumó al Partido Antirreeleccionista, cuyos principales líderes eran los hermanos Figueroa Mata, oriundos de Huitzuco, Guerrero: Ambrosio, José Rómulo y Francisco. El primero de ellos le dispensó gran amistad y simpatía. Luego combatió bajo sus órdenes. Incluso, gracias a su sorprendente actuación en el campo de batalla, ganó el rango de Coronel.
Posteriormente, a la muerte de Madero, Zúñiga solicitó y obtuvo licencia para separarse de los hermanos Figueroa y volver a Jalisco, su estado natal, para pelear bajo los postulados del Plan de Guadalupe, abanderando la causa de Venustiano Carranza. Así, el 1 de marzo de 1913, junto con su paisano Julián del Real y con Julián Medina, originario de Hostotipaquillo, Jalisco, entró de lleno en la Revolución.
El 8 de mayo de 1913, Zúñiga reunió a un grupo de coterráneos en la plaza de Tlajomulco de Santo Santiago y los exhortó a unirse a la lucha constitucionalista. Sus hermanos Nicolás y Enrique partieron con él. Ya en el meollo de la contienda, las principales actividades de Eugenio fueron nombrar un ayuntamiento y organizar un Estado Mayor, cuyo jefe fue el coronel Zepeda. Numerosos campesinos se unieron a la hueste a lo largo de las incursiones que realizó por Acatlán de Juárez, Zacoalco y otras poblaciones y rancherías. A la par, a semejanza de otros cabecillas, exigía aportaciones monetarias a las personas pudientes, lo que le granjeó gran aversión por parte de éstos. Por aquellos tiempos alcanzó el rango de general.
Entonces Sahuayo, a la sazón de Díaz, entró en escena. El 22 de junio de 1913, Zúñiga irrumpió en Jiquilpan con setecientos hombres. José María Morales Ibarra, otro revolucionario, estuvo a poco de ser convencido por los munícipes sahuayenses de atacar a Zúñiga (González y González, 1998, p. 125), pero la intervención del entonces capitán Lázaro Cárdenas del Río, jiquilpense y seguidor de Zúñiga, evitó la confrontación.
El 23 del mismo mes, Zúñiga entró a Sahuayo. A semejanza de otros dirigentes que se distinguían por su animadversión contra el clero católico, ordenó el arresto de los sacerdotes e hizo que los condujeran ante él. En total fueron aprehendidos once presbíteros, cuyos nombres proporcionan tanto Luis González como José Prado: Pascual Orozco, el señor cura de la Parroquia de Santo Santiago; Enrique Sánchez Navarro, Trinidad Barragán, Melesio Espinosa, Luis Gálvez, Alberto Navarro, José Gutiérrez, los hermanos Enrique y Luis Amezcua, y Federico e Ignacio Sánchez –este último hermano de Macario Sánchez Sánchez, que hacía poco había visto nacer a su sexto hijo, José, el 28 de marzo pasado–. El grupo eclesiástico fue complementado con un joven seglar, José María Gálvez.
Los doce presos, fuertemente atados, fueron llevados a Jiquilpan. Zúñiga demandó cuarenta mil pesos a cambio de su libertad. A fin de persuadir al pueblo sahuayense, el tlajomulquense hizo fusilar a José María Gálvez frente a los once sacerdotes. Uno de ellos estuvo a punto de ser pasado también por las armas. El dinero fue reunido y entregado, y los presbíteros salvados. Doña Felícitas del Río, madre de Lázaro Cárdenas, le recomendó a este último que no procediera igual que su jefe. Los clérigos quedaron libres el 27 de junio, apenas unas horas antes de que Zúñiga partiera rumbo a Guadalajara, por el rumbo de la Ciénega (González y González, 1998, p. 129), hacia Tizapán.
Zúñiga tuvo un lugar destacado en la batalla de Orendain, el 6 de julio de 1914, ya que impidió que el ejército federal de Victoriano Huerta huyera hacia Colima y Manzanillo. Además, interrumpió las comunicaciones con la ciudad de México y se unió al general Lucio Blanco para cortar la retirada del general José María Mier. El 8 de julio de 1914, cuando las tropas constitucionalistas de Álvaro Obregón ocuparon Guadalajara, Zúñiga peleó en la Hacienda del Castillo, en El Salto, donde fue hallado el cuerpo sin vida de Mier.
Tras estos triunfos, Zúñiga y su destacamento se encuartelaron en Santa Cruz del Valle, desde el 9 al 27 de julio, cuando se marcharon junto a la columna de Lucio Blanco rumbo a la Ciudad de México, con la triunfante milicia obregonista.
La muerte del general Zúñiga tampoco ha sido aclarada completamente. La historia más célebre al respecto, de acuerdo con el libro Tlajomulco: Voces, visiones y perspectivas (2023), es la que sigue. De regreso a Jalisco, el gobernador y comandante militar Manuel Macario Diéguez empezó a ver con desconfianza la notoriedad –cada vez mayor– de Zúñiga, y a temer que fuera propuesto para el cargo de gobernador del estado. En adición, sospechaba de los constantes viajes que Zúñiga realizaba a Guadalajara desde Tlajomulco para visitar a su familia.
En consecuencia, tal como procedían los caudillos en la época, Diéguez determinó cortar por lo sano. Lo mandó apresar junto a su hermano el coronel Nicolás Zúñiga, y fueron confinados en la Penitenciaría de Escobedo bajo la excusa de haberse pasado al bando villista. Trasladados al cuartel Guerrero, situado en el ex Convento del Carmen, fueron fusilados la madrugada del 11 de diciembre de 1914. El libro Tlajomulco: Voces, visiones y perspectivas habla del día 12 del mismo mes, pero de 1915, pero la partida del Registro Civil proporciona los datos que expusimos.
Luis González y González, aunque no especifica la fecha, señala que Zúñiga murió “deshecho a bayonetazos por la escolta del general Diéguez” (1998, p. 129), lo cual está en consonancia con lo descrito en el libro Historia de la Revolución Mexicana, 1934-1940: los artífices del cardenismo: volumen 14 (p. 209), del mismo autor, y en el primer tomo de Lázaro Cárdenas, Modelo y Legado:
«el general Zúñiga, revolucionario radical, amigo del constitucionalismo –al cual Cárdenas no parece haber podido ver en Jiquilpan– fue sacrificado en unión de su hermano el coronel Nicolás Zúñiga, en el cuartel de El Carmen de Guadalajara, por órdenes del general Manuel M. Diéguez, jefe de la Zona de Jalisco. En esos días se dijo que el general Zúñiga, jalisciense, obtendría del Primer Jefe, señor Carranza, órdenes para relevar a Diéguez. Zúñiga y Diéguez tuvieron un altercado y se dice que Zúñiga dio un puñetazo en la cara a Diéguez y que por esto, pretextando que Zúñiga pretendía rebelarse contra Carranza, los mandó ejecutar; ejecución que se verificó a puñaladas de marrazo en el interior del cuartel de El Carmen. Zúñiga ―añade Cárdenas― fue amigo del constitucionalismo y no partidario de Villa. Las pasiones políticas de aquellos días lo llevaron al sacrificio».
La versión del H. Ayuntamiento de Tlajomulco, en un documento en que se presenta la iniciativa de erigir una estatua ecuestre del general, dice que fue decapitado el 1 de enero de 1915.
Leamos el documento, que hemos transcrito, que da fe de su deceso. Cabe mencionar que, además de un acta de defunción, es el permiso de Manuel M. Diéguez, ratificado frente a don Ángel Zúñiga, para que su hijo fuera sepultado en el cementerio de Mezquitán –que era, por entonces, el que estaba en funciones en Guadalajara–:
«Al margen izquierdo, centrado: 5398 / Cinco mil trescientos / noventa y ocho / Eugenio Zúñiga / 1172 / 31a edo. Herida / 2
Dentro: En Guadalajara, a 31 treinta y uno de di- ciembre de 1914 mil novecientos catorce, a las 4 ¾ cuatro y / tres cuartos de la tarde, el Juez que suscribe, recibió una co- / municación que en lo conducente dice: “El C. Gobernador / y Comandante Militar del Estado, tuvo a bien conceder / al C. Teniente Coronel Enrique Zúñiga, permiso para exhu- / mar del cuartel “Guerrero” los cadaveres de los señores Gene- / ral Eugenio Zuñiga……. y reinhumarlo en el Cementerio / Municipal de esta Capital.=Presente el señor Angel / Zúñiga, casado, agricultor, originario y vecino de Tlajomul- / [página siguiente] co, y accidentalmente en esta ciudad, y dijo: que el General / antes referido, era casado con María Trinidad Correa, de 31 / años, del mismo origen del declarante, su hijo / y de Vicenta Galvez y se reinhumará en el Cementerio Mu- / nicipal, según orden arriba suscrita y que se archiva bajo el nú- / mero de esta acta; cuyo fallecimiento acaeció el 11 once del / actual a las 12 ½ doce y media de la madrugada. […]»
El acta siguiente corresponde a la muerte de Nicolás, hermano de Eugenio.
Fragmento del acta de defunción de Eugenio Zúñiga. El Comandante Militar del Estado no es otro que Manuel M. Diéguez.
Menos de cuarenta años después, los paisanos de Zúñiga decidieron rememorarlo con un cambio toponímico. Así, por el decreto 4561, fechado el 27 de julio de 1939, Tlajomulco de Santo Santiago dejó de llamarse así para ser, hasta la actualidad, “Tlajomulco de Zúñiga”, en su honor. Actualmente sus restos yacen en el antiguo panteón de la cabecera municipal.
Copia de la iniciativa para colocar una estatua ecuestre de Zúñiga en su natal Tlajomulco.
Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (2020). Lázaro Cárdenas: Modelo y Legado. México: Secretaría de Cultura. Instituto Nacional de Estudios Históricos. https://inehrm.gob.mx/recursos/Libros/Lazaro_CardenasMLT1.pdf
En 1897 el gobierno de Porfirio Díaz lanzó una convocatoria para el proyecto de un palacio legislativo de grandes dimensiones, que albergaría además de las cámaras de senadores y diputados, dependencias de gobierno y oficinas.
Así quedaría el palacio legislativo de México.
El fallo fue dado al arquitecto italiano Paolo Quaglia, quien murió antes de poder iniciar el proyecto. Entonces el proyecto se comisionó al arquitecto Émile Bénard; la realización del proyecto que de haberse construido hubiera tenido mayores dimensiones que el Capitolio de Washington D. C. El sitio elegido para la edificación fueron unos terrenos pantanosos cerca de la colonia Tabacalera y del Paseo de la Reforma.
La primera piedra del monumento fue puesta por Porfirio Díaz el 23 de septiembre de 1910 como parte de los festejos del Centenario de la Independencia de México. Debido a los retos que suponía la cimentación del edificio en un terreno inestable, se utilizó una solución innovadora entonces, mediante una estructura metálica hecha por Miliken Bros., en Estados Unidos. La construcción se detuvo abruptamente ante el inicio de la insurrección armada de la Revolución mexicana.
El gobierno de Francisco I. Madero una vez en el poder intentó reanudar las obras pero su fallecimiento interrumpió la construcción, quedando en lo sucesivo solo la estructura de acero central del futuro palacio, que hubiera sido el Salón de los Pasos Perdidos.
Dicha estructura quedaría abandonada y en permanente desgaste. Émile Bénard volvería a México para intentar dar vida a su proyecto en 1922 llamándole Panteón a los Héroes. El presidente electo Álvaro Obregón aceptó su proyecto, pero fue asesinado en 1928 y Bénard murió en 1929. Actualmente es el Monumento a la Revolución Mexicana.
Es uno de los templos-santuarios católicos, más importante del estado de Tlaxcala, y está conformado por un grupo de construcciones que fueron edificados en diferentes etapas históricas.
El conjunto arquitectónico se encuentra emplazado sobre una colina en las inmediaciones de la Ciudad de Tlaxcala. El conjunto se complementa con dos edificaciones: la Capilla de Guadalupe, que hoy se ocupa como baptisterio y en la que se pueden apreciar cuatro vitrales alemanes y al extremo opuesto el portal de peregrinos.
La fachada:
Esta semeja a un retablo cubierto por una concha. Como todas las fachadas de arte sacro, cumple una función didáctica, para que el pueblo, a través de símbolos y figuras, entienda los misterios de la fe que profesa. Construida con ladrillo recortado y recubierto por argamasa (cal y arena), y para darle un colorido blanco, le aplicaron lechada de cal; realizada con la finura y color del alfeñique (dulce de Almendra) por verdaderos maestro en el arte de la yesería propio de la región, que muestra en conjunto mucha simetría y equilibrio. Debió construirse entre 1760 y 1790.
Se considera como la cumbre del barroco churrigueresco, admirada y elogiada lo que ha llevado a su reproducción en varios libros de arte.
El punto de convergencia de esta fachada es la ventana-coral en forma de estrella en la que destaca la figura aérea de la Virgen.
Las torres gemelas tiene una altura de 33 m y encuadran la gran fachada. Ambas torres culminan en lo alto con una cupulita con linternilla, en donde se anclan respectivamente dos magníficas cruces de hierro forjado. Sus bases de planta mixtilínea, tapizadas de ladrillos hexagonales con empalmes de cal, su ornamentación se produce en ambos campanarios ambientando con un fuerte y cálido colorido. El total de columnas en ambas torres es de cuarenta, más 24 florones o remates, su construcción data del último tercio del siglo XVII.
Fuente: Virreinato de la Nueva España. Arquitectura.
El 20 de mayo de 1506 murió Cristobal Colón en Valladolid. Su gesta al lograr atravesar un océano desconocido y descubrir un Nuevo Mundo cambió la historia. Permitió que los navegantes españoles lograran poner en los mapas un 57 por ciento del globo terráqueo. Cada cierto tiempo se lee o se escucha aquello de «Cristobal Colón no descubrió nada. Esas tierras estaban habitadas.»
Según el diccionario de la Real Academia Española descubrir significa “hallar lo que estaba ignorado o escondido, principalmente tierras o mares desconocidos”. También significa «manifestar, hacer patente» y «destapar lo que está tapado o cubierto.» Evidentemente Colón descubrió unas tierras que eran desconocidas salvo por los que en ellas habitaban y las dio a conocer a una mayoría de los habitantes del planeta. Su hazaña logró que todo un continente se pusiera en los mapas y tuvo consecuencias históricas.
Además los habitantes de América antes de la llegada de Colón tenían claro quienes podían ser sus vecinos a una distancia más o menos corta pero desconocían que vivían en un continente y no tenían ninguna relación con los americanos que no se encontraban en su hábitat .
Almirante Cristobal Colón
También dicen que Colón no descubrió América porque con anterioridad un vikingo llamado Erikson llegó a las costas de Terranova que están en el actual Canada. Los saqueadores vikingos no dieron a conocer a dónde habían llegado, ni siquiera sabían que aquello pudiera ser un nuevo continente, fueron incapaces de poner las nuevas tierras en un mapa y su presencia en América no tuvo ninguna consecuencia histórica.
El cuadro que ilustra esta nota es del gran @DalmauFerrer. Muestra el momento en «que Colón y sus hombres dejaban atrás la inmensidad del Atlántico para abrir las puertas de un mundo nuevo; virgen, sin explorar….»
La Capilla de templo del Sagrado Corazón de La Palma es la única parte que queda de la antigua hacienda de La Palma. Era dedicada a San José y la construyó el padre don Marcos Castellanos Mendoza, cura interino de la Parroquia de Santiago Apóstol de Sahuayo.
Por aquellos años que fue cura interino, no solo hizo la capilla de La Palma, sino que también hizo las capillas de Cojumatlán y de Guarachita. La Capilla es sobria, simple y sufrió modificaciones a lo largo del siglo XIX, en tiempos del señor cura Antonio Escoto, también por parte del señor Cura Macario Saavedra que en 1886 dice en carta al obispo, que remodelaron el altar que era de piedra.
La remodelación mas profunda, la hizo el padre Jesús Rojas en 1922 que dejó el altar nuevo, tal como hoy lo vemos y se ha conservado a lo largo de más de 102 años. Las remodelaciones han sido constantes, de hecho el actual párroco J. Refugio Maravilla también realizó arreglos, así como el Padre José Luis Villaseñor.
La Capilla es esa parte maravillosa, que se conserva de la Nueva España, del esplendor de aquellos pequeños templos de las haciendas, que en su mayoría fueron derrumbados u olvidados. La Palma de Jesús conserva esta vieja construcción anexa al actual templo, porque así lo decidió el párroco que en 1945, construyera el templo actual, el padre Enrique Sánchez Navarro.
Las Zarquillas, es una población del oriente de la ciénega de Chapala en Michoacán. Siempre es visible, cuando uno transita de Jiquilpan a Zamora. Pasando Nicolás Romero, el antiguo pueblo de la hacienda de Guaracha, que se llamaba el Capadero, comienzas a ver una extensa llanura que se abre hacia la parte norte, amplia, basta, llena de sembradíos y al fondo los cerros aledaños al basáltico pajacuarense. Al avanzar por la carretera recta, vas a ver a la izquierda el caserio, asentado en un cerrito, y entonces vez el enorme arco de entrada del pueblo, y digo enorme, porque es impresionante con su «bienvenido a Las Zarquillas».
Debe uno cruzar el arco, para tomar la carretera, que no sobrepasa los 4 kilómetros para llegar hasta las primeras casas de la población, que te recibe con el letrero de Las Zarquillas; tomas una calle recta, pasas la antigua escuela que data de los años cincuentas, cuando el gobernador Dámaso Cárdenas, las casas, muchas de ellas, son construcciones tradicionales, pero otras muestran el avance que han hecho los migrantes con distintos estilos arquitectónicos que son impresionantes. Si usted sigue hasta terminar la calle, llega a la Plaza, y aún lado de ella, está la presa, que es un embalse con una belleza inigualable por los cerros que lo circundan, pero hoy se encuentra seco. Usted puede seguir hacia el cerro y llegar hasta otra comunidad que se llama el Varal.
Al llegar a aquella parte del pueblo, no encuentra uno el templo, hasta retornar o tomar otras calles, y luego encuentras la nueva plaza en desniveles, que tiene un kiosko a manera de huatápera; esta plazoleta está sobre la calle que te lleva a la capilla, que pertenece a la parroquia de Villamar.
El templo, en su construcción, y en su sobriedad, nos muestra el trabajo de remuneración de la pintura exterior por parte de los migrantes, tanto la plaza como esta y otras mejoras, son sin duda obra de la cooperación de los hijos ausentes, siempre comprometidos con su comunidad.
Hoy se trabaja arduamente en el nuevo cementerio que han nombrado «José Sánchez del Río», simple y sencillamente porque el niño mártir, el santo sahuayense, tenía familiares en aquella comunidad. Los migrantes han trabajado mucho para conseguir recursos y abrir el cementerio, que parecía que nunca se iba a conseguir trabajar en el predio destinado para ello. Hoy es una realidad.
Las Zarquillas siempre en movimiento, es una comunidad que bien vale la pena visitar. Silenciosa, apacible, en paz, es una comunidad de nuestra región de la ciénega, una mas que engrandece a esta región del estado.