Basílica de Ocotlán en Tlaxcala  1687 a 1790


Es uno de los templos-santuarios católicos, más importante del estado de Tlaxcala, y está conformado por un grupo de construcciones que fueron edificados en diferentes etapas históricas.


El conjunto arquitectónico se encuentra emplazado sobre una colina en las inmediaciones de la Ciudad de Tlaxcala. El conjunto se complementa con dos edificaciones: la Capilla de Guadalupe, que hoy se ocupa como baptisterio y en la que se pueden apreciar cuatro vitrales alemanes y al extremo opuesto el portal de peregrinos.

La fachada:


Esta semeja a un retablo cubierto por una concha. Como todas las fachadas de arte sacro, cumple una función didáctica, para que el pueblo, a través de símbolos y figuras, entienda los misterios de la fe que profesa. Construida con ladrillo recortado y recubierto por argamasa (cal y arena), y para darle un colorido blanco, le aplicaron lechada de cal; realizada con la finura y color del alfeñique (dulce de Almendra) por verdaderos maestro en el arte de la yesería propio de la región, que muestra en conjunto mucha simetría y equilibrio. Debió construirse entre 1760 y 1790.

Se considera como la cumbre del barroco churrigueresco, admirada y elogiada lo que ha llevado a su reproducción en varios libros de arte.


El punto de convergencia de esta fachada es la ventana-coral en forma de estrella en la que destaca la figura aérea de la Virgen.


Las torres gemelas tiene una altura de 33 m y encuadran la gran fachada. Ambas torres culminan en lo alto con una cupulita con linternilla, en donde se anclan respectivamente dos magníficas cruces de hierro forjado. Sus bases de planta mixtilínea, tapizadas de ladrillos hexagonales con empalmes de cal, su ornamentación se produce en ambos campanarios ambientando con un fuerte y cálido colorido. El total de columnas en ambas torres es de cuarenta, más 24 florones o remates, su construcción data del último tercio del siglo XVII.

Fuente: Virreinato de la Nueva España. Arquitectura.

Copyright©️crónicas de la Ciénega 2024

Cristobal Colón y su cita con la muerte.

Darío Madrid.

El 20 de mayo de 1506 murió Cristobal Colón en Valladolid. Su gesta al lograr atravesar un océano desconocido y descubrir un Nuevo Mundo cambió la historia. Permitió que los navegantes españoles lograran poner en los mapas un 57 por ciento del globo terráqueo.
Cada cierto tiempo se lee o se escucha aquello de «Cristobal Colón no descubrió nada. Esas tierras estaban habitadas.»


Según el diccionario de la Real Academia Española descubrir significa “hallar lo que estaba ignorado o escondido, principalmente tierras o mares desconocidos”. También significa «manifestar, hacer patente» y «destapar lo que está tapado o cubierto.» Evidentemente Colón descubrió unas tierras que eran desconocidas salvo por los que en ellas habitaban y las dio a conocer a una mayoría de los habitantes del planeta. Su hazaña logró que todo un continente se pusiera en los mapas y tuvo consecuencias históricas.


Además los habitantes de América antes de la llegada de Colón tenían claro quienes podían ser sus vecinos a una distancia más o menos corta pero desconocían que vivían en un continente y no tenían ninguna relación con los americanos que no se encontraban en su hábitat .

Almirante Cristobal Colón


También dicen que Colón no descubrió América porque con anterioridad un vikingo llamado Erikson llegó a las costas de Terranova que están en el actual Canada. Los saqueadores vikingos no dieron a conocer a dónde habían llegado, ni siquiera sabían que aquello pudiera ser un nuevo continente, fueron incapaces de poner las nuevas tierras en un mapa y su presencia en América no tuvo ninguna consecuencia histórica.


El cuadro que ilustra esta nota es del gran @DalmauFerrer. Muestra el momento en «que Colón y sus hombres dejaban atrás la inmensidad del Atlántico para abrir las puertas de un mundo nuevo; virgen, sin explorar….»


Publicado en España Luz de Trento.

La Capilla de La Palma, vestigios de la hacienda. Data de 1795

Francisco Gabriel Montes

La Capilla de templo del Sagrado Corazón de La Palma es la única parte que queda de la antigua hacienda de La Palma. Era dedicada a San José y la construyó el padre don Marcos Castellanos Mendoza, cura interino de la Parroquia de Santiago Apóstol de Sahuayo.

Por aquellos años que fue cura interino, no solo hizo la capilla de La Palma, sino que también hizo las capillas de Cojumatlán y de Guarachita. La Capilla es sobria, simple y sufrió modificaciones a lo largo del siglo XIX, en tiempos del señor cura Antonio Escoto, también por parte del señor Cura Macario Saavedra que en 1886 dice en carta al obispo, que remodelaron el altar que era de piedra.

La remodelación mas profunda, la hizo el padre Jesús Rojas en 1922 que dejó el altar nuevo, tal como hoy lo vemos y se ha conservado a lo largo de más de 102 años. Las remodelaciones han sido constantes, de hecho el actual párroco J. Refugio Maravilla también realizó arreglos, así como el Padre José Luis Villaseñor.

La Capilla es esa parte maravillosa, que se conserva de la Nueva España, del esplendor de aquellos pequeños templos de las haciendas, que en su mayoría fueron derrumbados u olvidados. La Palma de Jesús conserva esta vieja construcción anexa al actual templo, porque así lo decidió el párroco que en 1945, construyera el templo actual, el padre Enrique Sánchez Navarro.

Las Zarquillas, en movimiento

Francisco Gabriel Montes Ayala

Las Zarquillas, es una población del oriente de la ciénega de Chapala en Michoacán. Siempre es visible, cuando uno transita de Jiquilpan a Zamora. Pasando Nicolás Romero, el antiguo pueblo de la hacienda de Guaracha, que se llamaba el Capadero, comienzas a ver una extensa llanura que se abre hacia la parte norte, amplia, basta, llena de sembradíos y al fondo los cerros aledaños al basáltico pajacuarense. Al avanzar por la carretera recta, vas a ver a la izquierda el caserio, asentado en un cerrito, y entonces vez el enorme arco de entrada del pueblo, y digo enorme, porque es impresionante con su «bienvenido a Las Zarquillas».

Debe uno cruzar el arco, para tomar la  carretera, que no sobrepasa los 4 kilómetros para llegar hasta las primeras casas de la población, que te recibe con el letrero de Las Zarquillas; tomas una calle recta, pasas la antigua escuela que data de los años cincuentas, cuando el gobernador Dámaso Cárdenas, las casas, muchas de ellas, son construcciones tradicionales, pero otras muestran el avance que han hecho los migrantes con distintos estilos arquitectónicos que son impresionantes. Si usted sigue hasta terminar la calle, llega a la Plaza, y aún lado de ella, está la presa, que es un embalse con una belleza inigualable por los cerros que lo circundan, pero hoy se encuentra seco. Usted puede seguir hacia el cerro y llegar hasta otra comunidad que se llama el Varal.

Al llegar a aquella parte del pueblo, no encuentra uno el templo, hasta retornar o tomar otras calles, y luego encuentras la nueva plaza en desniveles, que tiene un kiosko a manera de huatápera;  esta plazoleta está sobre la calle que te lleva a la capilla, que pertenece a la parroquia de Villamar. 

El templo, en su construcción, y en su sobriedad, nos muestra el trabajo de remuneración de la pintura exterior por parte de  los migrantes, tanto la plaza como esta y otras mejoras, son sin duda obra de la cooperación de los hijos ausentes, siempre comprometidos con su comunidad.

Hoy se trabaja arduamente en el nuevo cementerio que han nombrado «José Sánchez del Río», simple y sencillamente porque el niño mártir, el santo sahuayense, tenía familiares en aquella comunidad. Los migrantes han trabajado mucho para conseguir recursos y abrir el cementerio, que parecía que nunca se iba a conseguir trabajar en el predio destinado para ello. Hoy es una realidad.

Las Zarquillas siempre en movimiento, es una comunidad que bien vale la pena visitar. Silenciosa, apacible, en paz, es una comunidad de nuestra región de la ciénega, una mas que engrandece a esta región del estado.

El Cristo que no regresaron a a San Pedro Tesistán.

Señor del Huaje, Jocotepec, Jalisco

Mtro. Manuel Flores Jimenez *cronista de Jocotepec

La tradición sostiene que las imágenes del Señor de Huaje, la del Señor del Monte y la del Cristo Peregrino, fueron esculpidas de un árbol de huaje localizado en un sitio conocido como El Salitre, cerca de San Pedro Tesistán. Este dato está consignado por el Canónigo Luis Enrique Orozco, mismo que redactó la reseña histórica referente a la parroquia de Jocotepec, en la que afirma lo anterior.


En un documento del siglo XVIII, localizado en el Archivo Histórico de la Arquidiócesis de Guadalajara, titulado “Autos pertenecientes al Santo Cristo de la Expiración del Pueblo de Jocotepeque, año de 1721”, se habla del culto a una imagen que es la misma que la del Señor del Huaje.


En el citado manuscrito se hace referencia a una serie de incidencias que se dieron en torno a los trabajos imprecisos al esculpir la imagen; otro problema fue el posesionarse de la imagen por parte del natural Lucas Mateo y su esposa Andrea Petrona, así como a las ciertas suspicacias relacionadas con la promoción del Santo Cristo, por los anteriores, causa por la que vino fray Miguel de Aznar a investigar con detalle el caso.


El Señor del Huaje es una imagen majestuosa que inspira respeto y recogimiento debido a sus dimensiones y a la expresión de su rostro. La gente mayor de San Pedro Tesistán afirma que fueron despojados del Cristo en cuya iglesia estaba el Señor del Huaje, pero a ciencia cierta se desconoce con precisión el nombre del cura de Jocotepec que lo hizo y la fecha; cuando fue llevada la imagen fue colocada en la actual capilla lateral dedicada a la Virgen de Guadalupe, por lo que se supone que fue quizá mucho antes de que estuviera el señor cura Miguel M. Arana como párroco.


Al llegar el anterior sacerdote a Jocotepec (1866), emprendió una serie de obras materiales para que el templo parroquial luciera con mejor decoro. Para tal efecto tuvo que cambiar la imagen del santo patrono, el Señor del Monte, de manera temporal a la antigua capilla de la Purísima Concepción, mientras duraban las labores de construcción.


La tradición oral de los sanpedrenses señalan que el cura de Jocotepec, que como ya se dijo se desconoce quién fue, se trajo la imagen de San Pedro Tesistán a la cabecera de manera temporal, pero que jamás la regresaron ante la insistencia y molestia de sus feligreses. Muchos aspectos de ese incidente no están debidamente aclarados porque no quedó evidencia escrita que aporte información al respecto.


La imagen a la que primero se le nombró como el Santo Cristo de la Expiración y que en tiempos del párroco José Sánchez Contreras, se intentó llamarlo como el Señor del Dulce Nombre, se quedó finalmente con el título del Señor del Huaje, por la preferencia de una considerable cantidad de feligreses del barrio de Nextipac y de los habitantes de Jocotepec, sintiéndose más identificados con ese nombre.


Su festividad fue creciendo al paso de los años de menos a más. Algunas personas especulan que su primera solemnidad se dio en 1942, con los escasos recursos que se agenciaban para realizarla después de que se terminaban las fiestas patronales. Luego, el Pbro. Emeterio Romo, enfrentó el descontento popular y de los cargueros al persuadirlos que se cambiara de enero a la primera semana del mes de mayo, con el fin de no desgastar la economía de la población, ya que se juntaban las dos fiestas consecutivamente.
Actualmente, esta fiesta religiosa lleva ya más de ochenta años de celebrarse, con una guardia de hombres y mujeres que custodian la imagen del Señor del Huaje, en su recorrido por las calles de la población, pese al enorme esfuerzo y dificultad de sacar y devolver a su recinto al majestuoso Cristo.

Fuente: Cultura Jocotepec

Una ordenanza en materia laboral en el nuevo Mundo: Ordenanza dada por Hernán Cortés para el buen tratamiento y régimen de los indios. 1525

Lic. Elihu Hernández.

La historia del derecho laboral ha considerado brevemente los estudios de las normas jurídicas emanadas durante la época colonial e inclusive el México prehispánico, posiblemente por la leyenda negra que ha permeado el discurso nacionalista o simplemente la carestía de estudios especializados, no obstante existir autores como Silvio Zavala quien destino gran parte de su investigación a la estructuras y normas jurídicas de la Colonia. Así pues, este breve texto presenta al público fragmentos de una ordenanza emitida en 1525 por Hernán Cortés, destacando la influencia de las leyes de Burgos de 1512 (Serie de ordenamientos que buscaban la prohibición de esclavizar a los habitantes originarios del Nuevo Mundo y dedicar esfuerzos a evangelizar) y la intención “política” de proteger al indígena.

Protección de los trabajadores indígenas menores de 12 años: “ que nenguno de los que tobieren los dichos indios puedan sacar ni saquen de los pueblos dellos para sus labranzas ni para cosas algunas, ninguna mujer ni mochacho de doce años para abaxo, son pena que si lo sacare, pierda los dichos indios e le sean quitados; e defiendo a todos mis lugar- tinientes que no puedan dar licencia para sacar las dixas muxeres ni mochachos, so pena de doscientos pesos de oro por cada vez que me dieren la dicha licencia o vinieren a su noticia que se sacaren sin ella, e no executare la pena contenida en este capitulo; los quales dichos doscientos pesos de oro, aplico según es dicho en el capitulo antes deste”

Salario mínimo obligatorio a los indígenas: “Item: que todo el tiempo que los dichos indios estobiesen sirviendo el señor que de ellos se sirve e les dé a cada uno en cada día una libra de pan casabe e axi, e sal, e libra e media de axe o de yncaboniata, e ansi mesmo con su sal e axi; e porque al presente los españoles no puede dar los dichos bastimentos, e los dichos indios los tienen en sus casas e los pueden traer para su mantenimiento, sin que se les haga agravio, a lo menos agora al presente, porque tienen muchas labranzas, permito e mando questo no se entienda hasta de aquí a un año primero siguiente que comienze a correr desde el día del primero de Enero de quinientos veinte e seis años, e que pasado este tiempo, los mantenga como dicho es, so pena que por cada vez que se le probase que no le diesen la dicha rrazión, paguen medio marco de oro aplicado como dicho es e si fuere penado tres veces, mando que pierda dichos indios”

Tiempo de descanso y duración de la jornada para los indígenas: “Item: Que el tiempo que los dichos indios estobiesen sirviendo, el español a quien sirviesen, no lo saque a la labranza fuera que sea salido el sol, que los tenga en ella más tiempo de fasta una hora antes que se ponga, e que al medio dia los dexe reposar e comer una hora, so pena que por cada vez que no lo compliese ansí como en este capítulo se contiene, pague medio marco de oro aplicado como dicho es: e sí tres, veces se lo probase haberlo fecho, pierda los dichos indios”

¿Qué destacamos de estos fragmentos? La importancia del concepto de sujeto indígena que los españoles forjaron, distinguiendo desde temprana dominación la diferencia y proteccionismo necesaria del “otro”, por otra parte, desde un punto de vista jurídico existe una sanción a quien vulnerará las ordenanzas dictadas por la autoridad política de aquél momento representada en Hernán Cortés y sus huestes, no obstante la práctica política hiciera inaplicable dichas normas, debe reconocerse como un intento de establecer un marco jurídico que salvaguarda la integridad física del sujeto “indígena”, relegando muchos mitos que han cerrado completamente la investigación de estos temas, por considerar que el encuentro de 1519 entre españoles y mexicanos fue completamente una eliminación de un pueblo por otro, al contrario, es un proceso de asimilación cultural vivo hasta nuestros tiempos y que al menos en las normas del derecho laboral se han perpetuado.

Fuentes consultadas: Cortés Hernán, “Cartas y documentos”, 2da edición, Introducción de Mario Hernández Sánchez-Barba, México, Editorial Porrúa, 2004, (Colección Biblioteca de Historia), 614 p.p.

“Una ordenanza en materia laboral en el Nuevo Mundo: Ordenanza dada por Hernán Cortés para el buen tratamiento y régimen de los indios. Aproximadamente: 1525.” Lic. Elihu Hernández.

La historia del derecho laboral ha considerado brevemente los estudios de las normas jurídicas emanadas durante la época colonial e inclusive el México prehispánico, posiblemente por la leyenda negra que ha permeado el discurso nacionalista o simplemente la carestía de estudios especializados, no obstante existir autores como Silvio Zavala quien destino gran parte de su investigación a la estructuras y normas jurídicas de la Colonia. Así pues, este breve texto presenta al público fragmentos de una ordenanza emitida en 1525 por Hernán Cortés, destacando la influencia de las leyes de Burgos de 1512 (Serie de ordenamientos que buscaban la prohibición de esclavizar a los habitantes originarios del Nuevo Mundo y dedicar esfuerzos a evangelizar) y la intención “política” de proteger al indígena.

Protección de los trabajadores indígenas menores de 12 años: “ que nenguno de los que tobieren los dichos indios puedan sacar ni saquen de los pueblos dellos para sus labranzas ni para cosas algunas, ninguna mujer ni mochacho de doce años para abaxo, son pena que si lo sacare, pierda los dichos indios e le sean quitados; e defiendo a todos mis lugar- tinientes que no puedan dar licencia para sacar las dixas muxeres ni mochachos, so pena de doscientos pesos de oro por cada vez que me dieren la dicha licencia o vinieren a su noticia que se sacaren sin ella, e no executare la pena contenida en este capitulo; los quales dichos doscientos pesos de oro, aplico según es dicho en el capitulo antes deste”

Salario mínimo obligatorio a los indígenas: “Item: que todo el tiempo que los dichos indios estobiesen sirviendo el señor que de ellos se sirve e les dé a cada uno en cada día una libra de pan casabe e axi, e sal, e libra e media de axe o de yncaboniata, e ansi mesmo con su sal e axi; e porque al presente los españoles no puede dar los dichos bastimentos, e los dichos indios los tienen en sus casas e los pueden traer para su mantenimiento, sin que se les haga agravio, a lo menos agora al presente, porque tienen muchas labranzas, permito e mando questo no se entienda hasta de aquí a un año primero siguiente que comienze a correr desde el día del primero de Enero de quinientos veinte e seis años, e que pasado este tiempo, los mantenga como dicho es, so pena que por cada vez que se le probase que no le diesen la dicha rrazión, paguen medio marco de oro aplicado como dicho es e si fuere penado tres veces, mando que pierda dichos indios”

Tiempo de descanso y duración de la jornada para los indígenas: “Item: Que el tiempo que los dichos indios estobiesen sirviendo, el español a quien sirviesen, no lo saque a la labranza fuera que sea salido el sol, que los tenga en ella más tiempo de fasta una hora antes que se ponga, e que al medio dia los dexe reposar e comer una hora, so pena que por cada vez que no lo compliese ansí como en este capítulo se contiene, pague medio marco de oro aplicado como dicho es: e sí tres, veces se lo probase haberlo fecho, pierda los dichos indios”

¿Qué destacamos de estos fragmentos? La importancia del concepto de sujeto indígena que los españoles forjaron, distinguiendo desde temprana dominación la diferencia y proteccionismo necesaria del “otro”, por otra parte, desde un punto de vista jurídico existe una sanción a quien vulnerará las ordenanzas dictadas por la autoridad política de aquél momento representada en Hernán Cortés y sus huestes, no obstante la práctica política hiciera inaplicable dichas normas, debe reconocerse como un intento de establecer un marco jurídico que salvaguarda la integridad física del sujeto “indígena”, relegando muchos mitos que han cerrado completamente la investigación de estos temas, por considerar que el encuentro de 1519 entre españoles y mexicanos fue completamente una eliminación de un pueblo por otro, al contrario, es un proceso de asimilación cultural vivo hasta nuestros tiempos y que al menos en las normas del derecho laboral se han perpetuado.

Fuentes consultadas: Cortés Hernán, “Cartas y documentos”, 2da edición, Introducción de Mario Hernández Sánchez-Barba, México, Editorial Porrúa, 2004, (Colección Biblioteca de Historia), 614 p.p.

Fuente: Enciclopedia de Historiografía de la Nueva España (Página de facebook)

Antiguo plano de Tenochtitlan, atribuido a Cortés. Nuremberg. 1524

Autor: Virreinato de la Nueva España: Arquitectura.

Es el mapa más antiguo de la ciudad de México conocido como «El mapa de Nuremberg». Consta de dos cuerpos principales: una pequeña representación del Golfo de México y la ciudad de Tenochtitlan, que aparece con el nombre de Temixtitan.

Publicada en 1524, la Segunda Carta de Relación de Hernán Cortés fue impresa junto con un mapa de Tenochtitlan que pronto conquistó el imaginario europeo al mostrar, por primera vez, una representación de la capital del imperio tenochca y su cuenca, gobernada por la triple alianza de Texcoco, Tlacopan y México, encabezada por el Huey Tlatoani, Moctezuma Xocoyotzin.

Actualmente, ese tesoro, impreso en Nuremberg, Alemania, se encuentra resguardado en The Newberry Library, en Chicago, instancia que entregó a la Universidad Nacional Autónoma de México un facsímil de éste, el mapa más antiguo de Ciudad de México, como parte de la relación entre ambas instituciones.

Mostrada como una urbe medieval en medio de un lago, esa primera representación de la gran Tenochtitlan correspondía con el esplendor, maravilla y exotismo descritos por el conquistador en su Segunda Carta, redactada en junio de 1520.

En torno al centro ceremonial tenochca descrito como “templo donde sacrifican”, la imaginación conquistadora del artista europeo dibujó conjuntos irregulares de casas con techos y torres medievales sobre el agua, como si se tratara de Venecia o Bremen. El paisaje miniaturista completaba pequeñas villas en las riberas del lago, ilustrando los centros urbanos de Tacuba, Azcapotzalco, Texcoco, Iztapalapa y Tacubaya, entre otros.

La factura de este mapa de 1524 ha sido objeto de múltiples estudios; no cabe duda de que las gubias de esta xilografía coloreada a mano debieron pertenecer a un artista del viejo continente quien, presumiblemente, se habría basado en un boceto enviado por el propio Cortés al emperador Carlos I, rey de España. Pero la lógica de organización gráfica se debió, a mano o idea de un tlacuilo nahua.

El litigio que dió el nombre a la tenencia de La Luz, Michoacán en 1867

Autor: Francisco Gabriel Montes Ayala

Fotografía de Archivo: Templo de la comunidad de La Luz, Michoacán.

En 1867, José María Méndez, vecino de Chavinda, celebró un contrato en diciembre de 1866, con la comunidad indígena de Pajacuarán, que se suponían dueños de los terrenos llamados como La Culata del Valenciano, y el apoderado legal, a nombre del común, había prometido dar los terrenos  mencionados a cambio de  la construcción de un pretil ( es decir un bordo de contención) que estaba presupuestado en 25 mil pesos. Era sin duda el primer intento en el siglo XIX de desecar la laguna de Pajacuarán.

El pretil tenía como objeto, cerrar el potrero llamado Peribán, con el objeto de desecar las tierras del mismo para tener más terreno para  cultivo o de “labor” cómo decían por aquellos tiempos. Por el pretil, los indígenas darían la Culata del Valenciano.

El proyecto parecía viable, levantar un pretil con cientos de miles de toneladas de lodo y piedra para construirlo en las inmediaciones de Pajacuarán y cerrarlo casi en El Paracho, daría a los indígenas pajacuarense una buena superficie para sembrar.

Lo que no sabían era que los dueños de la Hacienda de San Simón, de los hermanos Arcadio, Francisco y Nicolás Dávalos y Jaso, reclamaban como de ellos el terreno de la Culata y dicen en una protesta pública que: “con mis coherederos tenemos títulos bastantes que acreditan nuestra propiedad en las tierras de la Culata del Valenciano, que el mismo Sr. Méndez ha bautizado con el nombre del Rancho de la Luz” y también con todo su poder se iban a más, ya que reclamaban y tenían títulos sobre el predio de Peribán.

En la protesta, decía Arcadio, quien suscribió la misma,  que “me veo en el caso de protestar contra el contrato referido, manifestando que esas tierras como litigosas, de ninguna manera puede ser legalmente enajenadas” y es que estaban desde hacía años en litigio contra los pajacuarenses, que sin duda habían pretendido extender sus dominios al perder terrenos del Pueblo Viejo, el antiguo asiento del pueblo de Pajacuarán.

Con la protesta pública del 23 de enero de 1867 y que está en varios periódicos de la época, las tierras de la Culata del Valenciano, entraron en un pleito contra los pajacuarenses. La finalización del conflicto fue el reconocimiento de los Dávalos como dueños, y con ello no se realizaría nunca el pretil pretendido por los indígenas.  También daría fin al nombre del predio y tomarían los Dávalos el nombre de La Luz, naciendo así el siguiente año, la hacienda de La Luz, satélite de la de San Simón.

Y hoy una de las tenencias de Pajacuarán,  pueblo próspero, agrícola y ganadero como es la Luz.

Fuente: Periódico El Siglo XIX, protesta pública, publicada el día 11 de marzo de 1867, última página.

Copyright©️Francisco Gabriel Montes Ayala, México 2024.

Un mural que poco se conoce en la región ciénega de Chapala.

Roberto Buenrostro Rodríguez

Existe un mural, en la comunidad de Cerrito de Pescadores, del municipio de Venustiano Carranza, en el estado de Michoacán, que recientemente fue pintado en una de las bardas de una casa particular de la calle Benito Juárez.

Las personas que pintaron el mural fueron Alycer Alaniz y Fernando Chávez se inspiraron en la historia y geografía del lugar, así como manifestaciones culturales propias del lugar.

Por inciativa del pueblo y con apoyo de Juan Ramón Cervantes, que reside en San Pedro Caro y de Agustín Rodríguez originario de esta comunidad, que prestó la barda de su propiedad, es que se pudo lograr este proyecto que inició a principios de septiembre del 2023 que se dieron las primeras pinceladas en el muro culminando y dando los últimos detalles en febrero del presente año.

Podemos ver en el mural, el cerro loco, el lago Manami, que es un pequeño embalse cercano a la comunidad; también están representados los Conos de la antigua CONASUPO, que en su tiempo almacenaban granos. Son de los detalles que más resaltan en esta obra, atracciones que mas atrapan a los visitantes de este lugar cuando los miran. Se plasmaron varias figuras de los indigenas, que habitaron las islas de la ciénega de Chapala, por la gran importancia que el Cerro Loco representa arqueológicamente y fue un lugar importante en tiempos prehispánicos. En el mural se retrata a los héroes históricos que han sido parte de los sucesos sociales relevantes en la región y en la comunidad, como el retrato de Santiago Díaz Buenrostro , un líder cristero que estuvo envuelto en ese fenómeno social del siglo XX. También se le hace un pequeño espacio para el padre Juan Talavera Buenrostro, quien se desempeño como cura en la parroquia de La Palma, y que mandó construir la capilla del Cerrito de Pescadores y, es por eso, que hasta en estos tiempos vive en la memoria y corazón de la gente.

Cuando visites el Cerrito de Pescadores te invitamos para que seas testigo de esta obra de arte de esta bella y pequeña comunidad de la Ciénega de Chapala.

Copyright ©️ Roberto Buenrostro Rodríguez,México, 2024

Chapala y su entorno, paraíso esplendoroso


Por: Lic. Pedro Vargas Avalos


Chapala y su entorno son fantástico vergel. A ello se debe la visita interminable de paisanos y connacionales, así como la presencia y el arraigo de miles de extranjeros. Esos visitantes procedentes de Jalisco y fuera del Estado, estiman al entorno de Chapala y su lago, como zona esplendorosa, trasunto de un fidedigno edén.
Ser nativo o poblador de este girón paradisíaco, implica el compromiso consustancial de ser auténtico, digno, esforzado, impulsor de los principios cívicos y salvaguarda de la cultura, instrumentos con los cuales se amplifica la fama de Chapala, se realza la fortaleza de Jalisco y se ennoblece a México por entero.
La denominación prehispánica Chapalac, (Chapal-lan), cuyo significado elemental es “lugar empapado”, a fines del siglo XVI ya había evolucionado suprimiéndosele la consonante final, y de allí hasta siempre, el nombre de Chapala implica belleza, feracidad y complacencia. Esto no excluye lo que afirmaron hace siglos, los cronistas Fr. Antonio Tello y Fray Francisco Mariano de Torres: que un cacique coca (o cazcán) del lugar, se llamó Chapa o Chapal, y por ser bien querido de la gente, en su memoria la población se denominó Chapalac, o sea, “el lugar de Chapal”.
Lo anterior explica el nombre del pueblo, pero ¿Dónde queda y cómo surgió la denominación de la laguna? Esas interrogantes las resuelve el antedicho padre Tello, quien ubica geográficamente el lugar, al decirnos que el pueblo de Chapala está a ocho leguas de Guadalajara, entre oriente y sur, al pie de una serranía muy grande que tiene al norte, y junto a la gran laguna llamada “Mar Chapálico”, a la cual en belleza no le iguala la de Maracaibo, Venezuela, y ni siquiera la llamada Mar de Tiberíades, el lago donde deambuló Jesucristo. Nuestro insigne cronista realza además de la hermosura de la laguna, el pescado blanco y el bagre que produce, en cantidad tal que aseguraba sería suficiente para abastecer a la hermosa Perla Tapatía. En cuanto al nombre del lago, lo atribuye a que antiguamente Chapala era la cabecera de la ribera, “por el mucho gentío que en tal pueblo estaba congregado” y así, aunque hay numerosas poblaciones, no se llamó sino como se denominaba la principal de ellas, quedando para siempre como Lago de Chapala. Sobre los habitantes del lugar, los describe como hombres de gallardía y bien constituidos; en cuanto a sus mujeres, asegura que poseían tan atractivas formas, que no tenían comparación, a tal grado que, de todas las comarcas Mesoamericanas, ninguna les aventajó en sus encantos.
Al respecto, el gentilicio de los habitantes de la ribera es el de “chapalteca” vocablo que engloba tanto la “identidad” como el “apego al terruño” y el “orgullo de ser de Chapala”, lo cual implica ser auténtico, eufórico, trabajador, impulsor de los valores culturales, cívicos y sociales, atributos con los cuales engrandecen a Chapala, enaltecen a Jalisco y ennoblecen a México.
El entorno chapálico resulta esplendoroso: Presenciar, gozar un atardecer en el mágico Ajijic, es transportarse al infinito; recorrer San Juan Cosalá, rumbo a Jocotepec, nos proyecta a la excelencia; y en este antiguo poblado, podemos experimentar su singular muelle de madera.
Transitando por este lado occidental de la laguna, se arriba al risueño pueblito de San Luis Soyatlán, de bulliciosos atardeceres. Luego se llega a la tierra del invicto prócer Ramón Corona, el apacible Tuxcueca. Más allá, avistamos a Tizapán el Alto, recio límite jalisciense del vaso chapálico.
Por la otra parte de la laguna, viniendo de La Barca, cuna de las refrescantes “cazuelas” que son una delicia para la garganta, se arriba a Jamay, repleto de pesca y folklor, para luego admirar al dinámico Ocotlán, ejemplo de progreso, y junto a este, apreciar al sosegado Cuitzeo, pueblito de Poncitlán. Ya en este municipio, se arriba al autóctono vecindario de Mezcala, desde el cual se hace el viaje lacustre a la célebre isla de su nombre, donde es obligado contemplar sus sólidas construcciones del siglo XIX.
Observando lo que fue el Fuerte de Mezcala, es preciso hacer un alto, para meditar sobre el excelso heroísmo de los insurgentes que allí, del año de 1812 al de 1816, derrochando gallardía, fiereza y organización guerrera lucharon por la independencia de México, permaneciendo imbatibles no obstante sus desventajas en armamento y equipaje, frente a los realistas ibéricos, quienes, poseyendo muy superiores bagajes bélicos, nunca vencieron a nuestros denodados patriotas. Vaya un recuerdo de honor a los gloriosos Encarnación Rosas, Marcos Castellanos y José Santana, columnas de esa gesta libertaria jamás vencida, única en la lucha por la independencia en toda Latinoamérica.
De retorno por la fértil exhacienda de San Nicolás de Ibarra, a la citadina Chapala, hay que saborear su gastronomía, acudiendo a sus populares fondas, al concurrido mercado, sus calificados restaurantes, abrigadores hoteles y residencias de descanso. Aquí comer es un arte: fácil de escoger, abundante y sabroso a la vez, es complicado probar de todo, por lo variado de sus platillos, alimentos generalmente preparados con las especies del lago: picosos charales, sazonado caldo michi, antojadizo bagre, suculento pescado blanco, exquisito caviar, birria tradicional, apetitoso ceviche, etc., que se coronan al final con algún dulce típico.
Entre los edificios que se deben visitar en la agraciada Chapala, está la ahora rejuvenecida estación que fuera la oficina del Ferrocarril de Chapala, inaugurada en 1920, la cual simboliza un sueño de los chapaltecos, ahora convertido en Centro Cultural González Gallo. El inmueble es elocuente testimonio de la arquitectura local; sobre ello, afirma un cronista laguense, que fue diseñado por el Arq. D. Guillermo de Alba, siendo una “pequeña gran obra de arte y es tal vez, el edificio más importante que diseñó el Arquitecto de Alba, después del Hotel Fénix de Guadalajara”.
También se debe acudir a la multicentenaria parroquia de San Francisco y al viejo palacio municipal, ahora local de cultura. Asimismo, debe presenciarse la nueva presidencia, que fuese décadas atrás un hotel afamado. Y muy cercas, está el punto cervecero donde triunfó el notable Mike Laure, de inolvidables éxitos musicales. Allí se prosigue un paseo por el muelle y luego se recorre el parque de la Cristianía.
El municipio de Chapala, ostenta dos nombramientos de enorme valía: tener el pueblo mágico de Ajijic, cuyo clima es aclamado como el segundo mejor del mundo entero, y el título de “SEÑORIAL E INSIGNE CIUDAD” que se otorgó a la cabecera municipal, por el “trabajo permanente, fructífero, generoso y ejemplar de integrantes de la sociedad civil al que se ha sumado la autoridad municipal de Chapala para la defensa, limpieza, redignificación y conservación del emblemático Lago de Chapala así como de la preservación y enriquecimiento de su legado cultural”. El galardón representa un homenaje para su población y sus autoridades, un orgullo y compromiso compartido también por todos los jaliscienses y aun los millares de visitantes que a diario disfrutan de los atractivos de Chapala y su entorno esplendoroso.