Los manuscritos antiguos sostienen que la imagen fue esculpida de un árbol de huaje, y que su aparición fue hace 310 años, hacia 1715, siendo fray Manuel de Mimbela, Obispo de Guadalajara.
Narran los registros de la cofradía que se hizo cargo de su culto, resguardo y hospital, que la imagen pasó por varias vicisitudes, debido a las deficiencias del escultor que la creó y del auxilio posterior para mejorarla por otros.
A fray Miguel Aznar, le correspondió indagar sobre su claro pesimismo, respecto a la aparición de la imagen, quien primero fue nombrada Santo Cristo de la Expiración, luego Señor del Huaje, posteriormente, Señor del Dulce Nombre, para finalmente quedar como Señor del Huaje.
Fray Nicolás de Ornelas, contemporáneo del suceso de la aparición, lo consignó en su obra “Crónicas de la Provincia de Santiago de Jalisco”; de igual manera, fray Matías de Escobar, en su documento “Americana Thebaida”, hizo referencia del Cristo en sus crónicas.
En 1721, Francisco de la Cruz Godoy, natural de Jocotepec, era el mayordomo principal de la cofradía del Santo Cristo, pero la imagen estaba en poder de Lucas Mateo y su esposa Andrea Petrona.
El Museo de Historia de Ocotlán celebró este mes su 50 aniversario con una serie de eventos culturales, académicos y artísticos que reunieron a historiadores, instituciones, estudiantes y ciudadanos interesados en el patrimonio regional.
Fundado el 15 de abril de 1975, el museo ha sido un pilar en la preservación de la historia y tradiciones del municipio y sus alrededores. Para conmemorar medio siglo de labor, se llevó a cabo una ceremonia oficial el pasado fin de semana en sus instalaciones, donde se inauguró una exposición temporal titulada “Ocotlán: Memorias de Medio Siglo”, que recopila documentos, fotografías, objetos y testimonios que narran la evolución social y cultural de la región.
En esta ceremonia cívica, también se develó el nuevo nombre que acompañará desde hoy al Museo de Antropología e Historia de Ocotlán “José María Angulo Sepúlveda”, en reconocimiento a su principal promotor y presidente fundador. Al término del acto se depositó una capsula del tiempo, en donde se colocaron cartas de cientos de niños ocotlenses, documentos, fotografías y diversos objetos que narran la historia de esta institución y que será abierta en el 2050, cuando el museo cumpla 75 años.
Entre los asistentes se encontraban ex presidentes municipales, cronistas de la región, empresarios, familiares de fundadores, ex trabajadores, y socios activos y honorarios del patronato, quienes destacaron la importancia del museo como espacio educativo y de identidad comunitaria.
Las actividades conmemorativas incluyeron también un convivio en el Museo de Arte Sacro, ubicado al interior de la parroquia y concluyó con una ceremonia religiosa de acción de gracias en la Capilla de La Purísima.
Este aniversario no solo marca un hito en la historia del museo, sino que también renueva el compromiso con la divulgación y preservación del legado histórico de Ocotlán para las futuras generaciones.
Fuente: Museo de Historia de Ocotlán, página oficial.
Al norte de la ex hacienda de Platanal, está el potrero de la Carámicua, un lugar que desde 1785 hasta 1879 existió el rancho del mismo nombre. Lugar donde abunda el agua nacida en un manantial que existe desde hace más de mil años, debido a qué existen manifestaciones culturales de pueblos prehispánicos. Es en ese lugar donde un joven de la familia Figueroa, encontró en 1865, la Virgen de la Sábila, que durante muchos años fue conocida como la Virgen de la Carámicua.
Al desaparecer la ranchería de La Carámicua, la familia se traslado a La Sábila y fue entonces que la historia cambió, y desde aquel entonces, la Virgen de Guadalupe, fue conocida por toda la región, como la Virgen de la Sábila.
La Carámicua, recibe su nombre, del vocablo purépecha que llama así a la hoja elegante. Abundan cerca del manantial de agua azul que brota con una agua límpida y fresca. Pasados algunos años de la desaparición del pequeño rancho, cuando aún pertenecía a la hacienda de Platanal a Guaracha, allí se construyó una pequeña barda de calicanto, que circunda el manantial, y se vertía el agua por una canaleta hasta el lugar donde estaba instalada la vinata.
Hoy es un lugar muy bonito, pero que se ve la mano de quienes van, destruyen el lugar, rayan el sitio y dejan basura. El lugar debe preservarse, según el patronato que construirá la Capilla, ya que ese lugar, dentro de poco tiempo, será visitado por personas que buscarán el lugar preciso del hallazgo de la Virgen de la Sábila o de La Carámicua.
Capilla de Nápoles Exconvento y Colegio propaganda Fide.
El nombre de “Capilla de Nápoles” se debe a la imagen titular a quien está dedicada, que fuera donada a la orden franciscana de esta comunidad por Isabel de Farnesio, Princesa de Nápoles y esposa del Rey Felipe V de España. Es una de las mejores manifestaciones de la arquitectura religiosa del siglo XIX, con acabados en estuco laminado de oro de diversos quilates y un artístico entarimado del piso, formado con maderas finas que dan forma a simétricas figuras geométricas, que a su vez conforman una grandiosa de rosa de los vientos. Su construcción comenzó en 1845, pero fue suspendida varias veces durante la guerra de Reforma y la exclaustración temporal que vivieron los franciscanos. Fue en 1866 cuando se concluyó y fue solemnemente dedicada a la Purísima Concepción.
Después de rastrear las mínimas informaciones que existen hasta hoy, sobre el primer párroco de Jocotepec, los sacerdotes secularizados que por mandato superior desplazaron a los franciscanos del clero regular, siendo estos los que realizaron el proceso evangelizador en estas tierras ribereñas del lago de Chapala. En base a lo anteriormente mencionado, se escribe esta recreación lo más apegada a la figura del primer párroco, que fue nombrado para dirigir los destinos de la recién fundada parroquia de Jocotepec, ante los conflictos posteriores que surgieron con la feligresía de San Andrés de Ajijic, ante la negativa de devolverles el sitio de antaño de su jurisdicción religiosa, como se aclara a continuación.
Yo, Don Francisco de la Roca Pérez y Guzmán, primer cura propio de la feligresía parroquial de San Francisco Xocotepec, en pleno uso de mis derechos y atribuciones, he venido comisionado a hacerme cargo de las responsabilidades de esta espiritual empresa, con el fin de aligerar las penas y escuchar confesiones, santoliar enfermos en tránsito de muerte con la extremaunción y dar a las bocas la Majestad de la hostia divina, a todas las almas de este pueblo que ahora es parroquia y no Ayuda como lo era antaño de San Andrés de Ajijic. Así lo quiso y lo convino Don Guadalupe Buenaventura de Villaseñor, dueño de la hacienda de Huexotitlan, por el convencimiento que procuró en Don Joseph Manuel de Santa Cruz y Romerillo, Padre Guardián del Convento de Axixic, en el entendimiento de trasladar a Xocotepec, temporalmente, el asiento del control religioso, con la cabal deuda de palabra de poner en Axixic los servicios de un religioso que administrara los servicios religiosos de los feligreses, cosa que me han recriminado incesantemente hasta la fecha sin que yo tenga culpa alguna de no haberse llevado a la postre tal compromiso. Esta demarcación parroquial fue erigida el 15 de julio del año de Nuestro Señor Jesucristo de 1765, consagrándose por tal virtud al Dulce Nombre de María, y que bajo la tutela de nuestro padre San Francisco, pueda orientar sus esfuerzos y desvaríos en pos de lograr mejores fortunas espirituales que las que imperan en la actualidad de estos días trasijados por la pobreza y agobiadas las almas por tanta peste que azota estas tierras húmedas. Mis ojos han visto un pueblo con mayúsculas necesidades, amén de las otras capellanías que abarcan desde San Antonio hasta San Luis, sin dejar en la marginalidad a las haciendas de Huejotitán, El Potrerillo y de San Martín, que es un barrio aledaño y distante de la cabecera de este curato. Complemento subrayar que es, además, bastante populoso en indios, mestizos y mulatos; los de razón, son españoles dueños de esta propiedad que alrededor de la mitad del siglo XVIII, fueron a fundar el pueblo nuevo de San Martín Tesistlán. Debo decir con total apego a mi religiosa condición, que he llevado ordenadamente registradas las partidas de bautismos y defunciones de cuanto vecino ha sido sepultado en estas tierras, benéficas para la salud, así como para el descanso de los desvaríos del espíritu. Con toda puntualidad y exactitud expreso que: “en nueve de julio de mil setecientos sesenta y cinco años, murió en el Pueblo de Xocotepec, de esta feligresía, Doña María Cueva, española, casada que estaba con Joseph Bernardo Chacón, y la enterré en la Santa Yglesia de dicho Pueblo de Xocotepec. La enterré con entierro menor y le administró los sagrados sacramentos de la penitencia, Sagrada Eucaristía y extremaunción, el Br. Don Joseph de Aguilar, como Teniente de Cura, y para que conste lo firmo. Francisco Roca”
La Virgen de los Remedios es una imagen que data después de la década de los sesenta del siglo XVI cuando el fundador de la hacienda de La Palma, de San Juan Guaracha, don Hernando Toribio de Alcaraz y Ruiz, nieto de don Pedro Ruiz de Guadalcanal, conquistar de la zona de Zacatula y Colima, regaló la imagen a la comunidad indígena de San Martin Totolán, asentado en la Loma de la Cebada.
La Virgen es una de las imágenes realizadas en Pátzcuaro con caña de maíz, ya que el propio Hernando Toribio era el encargado, por Vasco de Quiroga de la construcción de la famosa Basílica de aquella ciudad de Michoacán.
Las peregrinaciones, a lo largo de la historia de cientos de miles de personas de diversas comunidades, son parte de la tradición de esta festividad, que no se sabe a ciencia cierta cuando iniciaron; continúan hoy en día y son peculiares porque las personas toman los caminos de la ciénega para llegar hasta San Martín Totolán de diversas comunidades. En este 2024 hemos visto peregrinaciones de diversas parroquias de la ciénega, que antes de la fiesta del 31 de mayo, se dan cita en el santuario de la Virgen de los Remedios, o como la gente la conoce: «la Güerita de Totolán».
Esta fiesta esta llena de colorido, y el templo está arreglado finamente, siguiendo ya una tradición que poco se modifica, y que nos muestra un amor inmenso a esta imagen milagrosa, que hoy luce un vestido muy bien engalanado y precioso.
Totolán está de fiesta este 2024, los visitantes ya superan los miles que van a darle las gracias a la Virgen de los Remedios. Actualmente es cura del lugar, el padre Manuel Navarro Temores, originario de Briseñas, Michoacán.
La Hacienda La Cofradía es una antigua construcción ubicada en el poblado de Amatitán, Jalisco, y data del año 1800. Se cuenta que en la antigüedad fungió como una destiladora de agave, pero hoy en día ya se encuentra en total abandono. A pesar de eso, podemos apreciar unos impresionantes paisajes agaveros que son realmente sorprendentes. Esta antigua hacienda también cuenta con muchas historias sobre avistamientos del legendario personaje conocido como el Charro Negro, donde la gente afirma que por las noches se puede ver la silueta de un hombre acompañado de su caballo deambulando por los alrededores. Es por eso que a este lugar también se le conoce como la Hacienda del Charro Negro.»
Es uno de los templos-santuarios católicos, más importante del estado de Tlaxcala, y está conformado por un grupo de construcciones que fueron edificados en diferentes etapas históricas.
El conjunto arquitectónico se encuentra emplazado sobre una colina en las inmediaciones de la Ciudad de Tlaxcala. El conjunto se complementa con dos edificaciones: la Capilla de Guadalupe, que hoy se ocupa como baptisterio y en la que se pueden apreciar cuatro vitrales alemanes y al extremo opuesto el portal de peregrinos.
La fachada:
Esta semeja a un retablo cubierto por una concha. Como todas las fachadas de arte sacro, cumple una función didáctica, para que el pueblo, a través de símbolos y figuras, entienda los misterios de la fe que profesa. Construida con ladrillo recortado y recubierto por argamasa (cal y arena), y para darle un colorido blanco, le aplicaron lechada de cal; realizada con la finura y color del alfeñique (dulce de Almendra) por verdaderos maestro en el arte de la yesería propio de la región, que muestra en conjunto mucha simetría y equilibrio. Debió construirse entre 1760 y 1790.
Se considera como la cumbre del barroco churrigueresco, admirada y elogiada lo que ha llevado a su reproducción en varios libros de arte.
El punto de convergencia de esta fachada es la ventana-coral en forma de estrella en la que destaca la figura aérea de la Virgen.
Las torres gemelas tiene una altura de 33 m y encuadran la gran fachada. Ambas torres culminan en lo alto con una cupulita con linternilla, en donde se anclan respectivamente dos magníficas cruces de hierro forjado. Sus bases de planta mixtilínea, tapizadas de ladrillos hexagonales con empalmes de cal, su ornamentación se produce en ambos campanarios ambientando con un fuerte y cálido colorido. El total de columnas en ambas torres es de cuarenta, más 24 florones o remates, su construcción data del último tercio del siglo XVII.
Fuente: Virreinato de la Nueva España. Arquitectura.
La Capilla de templo del Sagrado Corazón de La Palma es la única parte que queda de la antigua hacienda de La Palma. Era dedicada a San José y la construyó el padre don Marcos Castellanos Mendoza, cura interino de la Parroquia de Santiago Apóstol de Sahuayo.
Por aquellos años que fue cura interino, no solo hizo la capilla de La Palma, sino que también hizo las capillas de Cojumatlán y de Guarachita. La Capilla es sobria, simple y sufrió modificaciones a lo largo del siglo XIX, en tiempos del señor cura Antonio Escoto, también por parte del señor Cura Macario Saavedra que en 1886 dice en carta al obispo, que remodelaron el altar que era de piedra.
La remodelación mas profunda, la hizo el padre Jesús Rojas en 1922 que dejó el altar nuevo, tal como hoy lo vemos y se ha conservado a lo largo de más de 102 años. Las remodelaciones han sido constantes, de hecho el actual párroco J. Refugio Maravilla también realizó arreglos, así como el Padre José Luis Villaseñor.
La Capilla es esa parte maravillosa, que se conserva de la Nueva España, del esplendor de aquellos pequeños templos de las haciendas, que en su mayoría fueron derrumbados u olvidados. La Palma de Jesús conserva esta vieja construcción anexa al actual templo, porque así lo decidió el párroco que en 1945, construyera el templo actual, el padre Enrique Sánchez Navarro.
Existe un mural, en la comunidad de Cerrito de Pescadores, del municipio de Venustiano Carranza, en el estado de Michoacán, que recientemente fue pintado en una de las bardas de una casa particular de la calle Benito Juárez.
Las personas que pintaron el mural fueron Alycer Alaniz y Fernando Chávez se inspiraron en la historia y geografía del lugar, así como manifestaciones culturales propias del lugar.
Por inciativa del pueblo y con apoyo de Juan Ramón Cervantes, que reside en San Pedro Caro y de Agustín Rodríguez originario de esta comunidad, que prestó la barda de su propiedad, es que se pudo lograr este proyecto que inició a principios de septiembre del 2023 que se dieron las primeras pinceladas en el muro culminando y dando los últimos detalles en febrero del presente año.
Podemos ver en el mural, el cerro loco, el lago Manami, que es un pequeño embalse cercano a la comunidad; también están representados los Conos de la antigua CONASUPO, que en su tiempo almacenaban granos. Son de los detalles que más resaltan en esta obra, atracciones que mas atrapan a los visitantes de este lugar cuando los miran. Se plasmaron varias figuras de los indigenas, que habitaron las islas de la ciénega de Chapala, por la gran importancia que el Cerro Loco representa arqueológicamente y fue un lugar importante en tiempos prehispánicos. En el mural se retrata a los héroes históricos que han sido parte de los sucesos sociales relevantes en la región y en la comunidad, como el retrato de Santiago Díaz Buenrostro , un líder cristero que estuvo envuelto en ese fenómeno social del siglo XX. También se le hace un pequeño espacio para el padre Juan Talavera Buenrostro, quien se desempeño como cura en la parroquia de La Palma, y que mandó construir la capilla del Cerrito de Pescadores y, es por eso, que hasta en estos tiempos vive en la memoria y corazón de la gente.
Cuando visites el Cerrito de Pescadores te invitamos para que seas testigo de esta obra de arte de esta bella y pequeña comunidad de la Ciénega de Chapala.