Los espejos indígenas. Cae la leyenda negra.

*El espejo del Cerro Loco en la Ciénega de Chapala.

Francisco Gabriel Montes Ayala

La leyenda negra contra España, afirma que los españoles cambiaban espejos por oro, que despojaban a los indígenas de sus pertenencias, siendo falsa la información, pues los naturales ya hacían y conocían los espejos con una talla perfecta, que según estudiosos podía llevar de 800 a 1200 horas de trabajo de tallado.

Fray Bernardino de Sahagún, nos cuenta en su Libro XI lo siguiente: «Hay en esta tierra piedras de que se hacen espejos; hay venas de estas piedras y minas de donde se sacan. Unas de estas son blancas y de ellas se hacen buenos espejos, (y) son estos espejos de señores y señoras; cuando están en piedra parecen pedazos de metal; cuando los labran y pulen son muy hermosos, muy lisos, sin raza ninguna, son preciosos y hacen la cara muy al propio.

Hay otras piedras de este metal que son negras cuando las labran y pulen; hácense unos espejos de ellas que representan a la cara muy al revés de lo que es: hacen la cara grande y disforme y todas las particularidades del rostro muy disforme. Lábranse estos espejos de muchas figuras unas redondas y otros triangulados, etc. » Tal es el relato del Fray Bernardino,

El investigador Pedro Barrera, dice: «te comentamos que las civilizaciones que habitaban en la región de Mesoamerica compartían tradiciones, calendario, ubicación de monumentos y dioses similares. Incluso, la técnica de siembra conjunta de maíz y frijol, es una muestra de conocimientos compartidos. Uno de los objetos en común que se utilizaron para definir esta región fue el hallazgo de espejos. Eso sí, estos espejos no eran utilizados para verse, arreglarse u otro uso cosmético.«

El espejo del Cerro Loco en La Palma de Jesús, Michoacán. Hace ya muchos años que investigando en el Cerro Loco un lugar muy cercano a La Palma, descubri un espejo de Pedernal, o Tzinapo, redondo, completamente liso y plano, encontraba muy cercano al cerro en una tumba. El espejo tiene un diámetro de 4 y medio centímetros. Refleja la imagen real, tal como se ve y estando en un lugar iluminado es totalmente visible lo que refleja .

Se presentaron las conferencias: Vida y Obra de Lázaro Cárdenas por la SMGE.

* Pesentaron ponencias, los socios de la SMGE de Jiquilpan y Zamora

Francisco G. Montes *colaborador

Jiquilpan 20 de mayo de 2023.- En el marco del aniversario luctuoso de la muerte del general Lázaro Cárdenas, la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, correspondiente de Jiquilpan, convocó a los socios para que presentarán una ronda de ponencias, con sita en la Casa de la Cultura de Jiquilpan. Asimismo fueron invitados de honor y participes de las ponencias, los socios de la Correspondiente de Zamora.

Las ponencias fueron: «La Lámpara votiva» por el Lic. Marco Segura; también la ponencia documentada por el Ing. Francisco Gabriel Montes, sobre la fundación de «La Escuela Agrícola Industrial de Jiquilpan en 1934»; posteriormente el Lic Sergio Tamayo, socio de la correspondiente de Zamora, habló sobre «La fundación de la correspondiente Lázaro Cárdenas, de Jiquilpan».

Por su parte el Lic. Fidel Martinez, de la correspondiente de Zamora, expuso sobre la «SMGE y su historia desde 1833 hasta la actualidad» y cómo Cárdenas fue socio de la SMGE . Y para finalizar, el contador y poeta Jorge Paulo Muratalla, declamó un poema de su autoría dedicado a Lázaro Cárdenas.

Las actividades duraron una hora y media con una buena respuesta. Una actividad más de la SMGE.

Moderador y ponente Marco Segura
Mtro. Francisco Gabriel Montes
Lic. Sergio Tamayo
Luc. Fidel Martinez
Jorge Paulo Muratalla

El señor «Ceremonio» el cronista gráfico de Pajacuarán en Michoacán

Francisco Gabriel Montes Ayala *Academia Nacional de la Crónica, A.C.

El Señor «Ceremonio», bien aplicado el apodo al cronista gráfico de la lente, don Gerardo López Magdaleno, por su carácter servicial, por su trato ceremonioso con la gente, su lealtad, su respeto a los demás, su honestidad, su caballerosidad y su religiosidad… así lo dice quienes lo conocimos, lo decimos todos; así era Gera; lo conocí por allá en la década de los noventa, cuando pasaba por Pajacuarán en mis tiempos de reportero de MENSAJE de Zamora y visitaba a José Castellanos, el poeta y cronista del lugar; nos identificamos porque cuando Gera anduvo por Estados Unidos, allá conoció a mi tío José Santos Montes en Chicago, Ill., y desde aquellos años de principios de los noventa hicimos una sólida amistad, que hasta el último día conservamos.

Hijo de don Pablo López, y de doña Eloisa Magdaleno, Gerardo, anduvo como todo joven en los deportes, de aqui para allá, de una ciudad a otra y del país del norte a este. Pero su afición por la fotografía, lo llevó siempre a comprar el último modelo de las cámaras mecánicas, primero, luego de las digitales. Por allá en tiempos del presidente Jaime Ochoa Vaca, el cronista de Pajacuarán, José Castellanos, amigo entreañable de él, lo animó a que presentara una obra inédita de fotografía de flores del campo, principalmente del cerro pajacuarense, de ese enorme y bello basáltico que le gustaba andar y desandar y eso detonó su afición para brincar a la profesión de fotógrafo; así los últimos treintas y tantos años, llenó sus archivos con fotografías de Pajacuarán y de la vida social de los pajacuarenses, de la cultura, de los deportes, de la vida religiosa etc.

Gera se preocupó por el rescate histórico de su tierra natal, cuando sacó de aquí y de allá, digitalizando y mejorando en mucho, las deterioradas fotografías, que desde 1917 hasta los años setenta recopiló, y mostró a todos los paisajes del antiguo Pajacuarán; nos permitió, en el caso mío y de otros autores ilustrar con ellas nuestros trabajos; le sacó hasta el mil por ciento de ventaja a las redes sociales, decía «que no le cobraban y no cobraba» por trasmitir la cultura de su pueblo y los eventos de la sociedad» y quienes queremos a ese pueblo bellísimo y sus costumbres, con Gera trasmitiendo, se llenaba el corazón de alegría, sabías de todo lo que sucedía en aquella población.

Hoy la vida nos quita a uno de los invaluables ciudadanos de aquel pueblo, un cronista gráfico, que nunca quiso pertenecer a nuestra agrupación por la humildad que lo caracterizaba, que se reía y decía siempre que le insinué, «Francisco Gabriel, yo no dejo de ser solo un aficionado a la fotografía, no muchas gracias» hoy solo queda darle un reconocimiento al buen amigo y buen cronista pajacuarense. Vaya un abrazo amigo donde estés. Hasta luego. Hasta siempre. Y a sus hijos un fuerte abrazo para, Pablo y Gerardo.

La Virgen del Rincón Chiquito (Parte I)

Altar de la Virgen Guadalupana, en Los Charcos, Municipio de Tanhuato.

Ramón Casillas Hernández *Cronista de Tanhuato, Michoacán

Para las personas más longevas de la comunidad de Los Charcos, en Michoacán, conocerán el lugar donde se encuentra el recinto guadalupano como «el rincón chiquito», mismo que se ubica entre las calles de Nicaragua, esquina con Constitución del 17.

Dentro de la historia de la comunidad, fue realizado éste altar guadalupano en el lugar antes mencionado, siendo el primero en todos Los Charcos; fueron los vecinos del lugar los que por medio de cooperaciones y remisas de los EUA edificaron el primer altar guadalupano de toda la comunidad.

Durante esos primeros años, las señoras vecinas del lugar se reunieron fuera de la casa de adobe (misma que pertenece al señor Ezequiel Ochoa), dónde en la ventana ponían una Virgen de Guadalupe para rezar un novenario (esto fue antes de tener el recinto como está en la actualidad) y concluir el día 12 de diciembre; conforme pasaron los años se edificó el altar que hasta nuestros días persiste.

Conforme fueron pasando los años, aproximadamente finales de los años 90, un grupo de vecinos por medio de cooperaciones voluntarias, pusieron por primera vez mariachi, ellos fueron: Roberto Casillas Magdaleno, Ramón Oseguera Barajas, Rigoberto Oseguera Barajas, la familia Reynosa Ortiz, la Reynosa Cervantes, Jesús Godínez Cuenca, Ramón Casillas Gutiérrez, Salvador Casillas Gutiérrez, José Gutiérrez Casillas (q.e.p.d.), Raúl Gutiérrez Casillas (q.e.p.d.), y algunos más.
Cada año que pasaba se iba perfeccionando más la fiesta, hasta su declive y final.

Parte I