El señor «Ceremonio» el cronista gráfico de Pajacuarán en Michoacán

Francisco Gabriel Montes Ayala *Academia Nacional de la Crónica, A.C.

El Señor «Ceremonio», bien aplicado el apodo al cronista gráfico de la lente, don Gerardo López Magdaleno, por su carácter servicial, por su trato ceremonioso con la gente, su lealtad, su respeto a los demás, su honestidad, su caballerosidad y su religiosidad… así lo dice quienes lo conocimos, lo decimos todos; así era Gera; lo conocí por allá en la década de los noventa, cuando pasaba por Pajacuarán en mis tiempos de reportero de MENSAJE de Zamora y visitaba a José Castellanos, el poeta y cronista del lugar; nos identificamos porque cuando Gera anduvo por Estados Unidos, allá conoció a mi tío José Santos Montes en Chicago, Ill., y desde aquellos años de principios de los noventa hicimos una sólida amistad, que hasta el último día conservamos.

Hijo de don Pablo López, y de doña Eloisa Magdaleno, Gerardo, anduvo como todo joven en los deportes, de aqui para allá, de una ciudad a otra y del país del norte a este. Pero su afición por la fotografía, lo llevó siempre a comprar el último modelo de las cámaras mecánicas, primero, luego de las digitales. Por allá en tiempos del presidente Jaime Ochoa Vaca, el cronista de Pajacuarán, José Castellanos, amigo entreañable de él, lo animó a que presentara una obra inédita de fotografía de flores del campo, principalmente del cerro pajacuarense, de ese enorme y bello basáltico que le gustaba andar y desandar y eso detonó su afición para brincar a la profesión de fotógrafo; así los últimos treintas y tantos años, llenó sus archivos con fotografías de Pajacuarán y de la vida social de los pajacuarenses, de la cultura, de los deportes, de la vida religiosa etc.

Gera se preocupó por el rescate histórico de su tierra natal, cuando sacó de aquí y de allá, digitalizando y mejorando en mucho, las deterioradas fotografías, que desde 1917 hasta los años setenta recopiló, y mostró a todos los paisajes del antiguo Pajacuarán; nos permitió, en el caso mío y de otros autores ilustrar con ellas nuestros trabajos; le sacó hasta el mil por ciento de ventaja a las redes sociales, decía «que no le cobraban y no cobraba» por trasmitir la cultura de su pueblo y los eventos de la sociedad» y quienes queremos a ese pueblo bellísimo y sus costumbres, con Gera trasmitiendo, se llenaba el corazón de alegría, sabías de todo lo que sucedía en aquella población.

Hoy la vida nos quita a uno de los invaluables ciudadanos de aquel pueblo, un cronista gráfico, que nunca quiso pertenecer a nuestra agrupación por la humildad que lo caracterizaba, que se reía y decía siempre que le insinué, «Francisco Gabriel, yo no dejo de ser solo un aficionado a la fotografía, no muchas gracias» hoy solo queda darle un reconocimiento al buen amigo y buen cronista pajacuarense. Vaya un abrazo amigo donde estés. Hasta luego. Hasta siempre. Y a sus hijos un fuerte abrazo para, Pablo y Gerardo.

Fundación de San Juan Guaracha. 453 años de vida.

Candy García Vázquez *Colaboradora y Cronista de Guaracha, Michoacán; Vicepresidenta de la SMHAG y Secretaria Técnica del estado de Michoacan de la Asociacion de Cronistas Jalisco Michoacán.

Lo que fuera después de 143 años de vida, el pueblo de San Juan Guaracha, se convirtió en el latifundio más grande e importante  del occidente de la intendencia de Valladolid, y luego del estado de Michoacán, hasta hoy, ha sido objeto de estudio de propios  y extraños, la famosa Hacienda de San Juan Guaracha.

 En el Archivo General de la Nación  existen los cuadernos de las Haciendas de las Guarachas, donde aparecen mercedes desde 1540 de diversas estancias que al juntarse formaron este conjunto de haciendas.

Pero en el 5º. Cuaderno están las escrituras de Guaracha, en que se asentó que Hernando Toribio de Alcaraz y Ruiz “El Viejo” le fue otorgada la primer merced que dice a la letra:

“una estancia de ganado mayor y menor, en término de Guaracha (en aquel tiempo era San Miguel Guaracha hoy Villamar) una legua de dicho pueblo, poco mas o menos en una fuente de agua su fecha 21 de abril de 1567”.

Así nace el pueblo de San Juan Guaracha, con el nieto de don Pedro Ruiz de Guadalcanal, soldado de Hernán Cortés que compró las partes más amplias de lo que sería Guaracha, también el emporio de La Palma, sería él y sus descendientes quienes fundarían la mayor parte de los pueblos de la ciénega de Chapala. Dos años antes La Palma, 5 o 6 años después El Platanal y unos más tarde San Antonio.

La fundación del Pueblo de San Juan Guaracha, se hizo en el famoso ojo de agua que hoy sigue produciendo agua en el actual Guaracha, en una merced dice: 

“ el sitio de estancia en un peñasco grande junto a una cañada quebrada en unos manantiales que dicen se llaman Atlihuaque... que corre por unos llanos hacia la ciénega”

Los documentos del 5º. Cuaderno, nos muestran 9 mercedes, 13 compraventas y 17 gestiones que están escritas entre las fojas 157 y la 164 del expediente. Comprenden los años de 1569 a 1619 en que se conforman las haciendas de Guaracha. El Archivo General de La Nación, nos otorga también una serie de documentos que describen de 1620 a 1780 más de 8 volúmenes, con más de 135 mercedes, 250 compraventas y más de un centenar de litigios entre comunidades indígenas a saber de otros documentos más que generó la hacienda.  

Fueron dueños de 1620 a 1720, un siglo completo,  las familias de  los Andrade y  los Salceda, descendientes de los Alcaraz Ruiz,  quienes sus últimos dueños fueron los apellidados Salceda Andrade;  de 1720 a 1790 la familia del capitán Fernando Villar Villamil que tenían posesiones por mas de 140 mil hectáreas y diversas haciendas en zonas de hoy estado de Michoacán y Estado de México, de un incalculable valor y de mucho dinero de por medio, como podrá verse.

Guaracha el enorme latifundio,  comenzó a desmembrarse hacia 1760 cuando se dividió el emporio en dos latifundios,  por la sucesión de la testamentaria que dejara el capitán Fernando Villar Villamil a sus dos únicas hijas: Guaracha que quedó como poseedora de tierras del sur,  y  hacia el norte la hacienda de Buenavista cuyo dueño era don  Gabriel Castro y Osores casado con una Villamil. Mas tarde Buenavista quedaría para los Mora y luego a Francisco Velarde y de la Mora y por último a los Martínez Negrete.

 De 1790 a 1811 su dueño fue Francisco Victoriano Jaso quién murió ajusticiado en los primeros meses de la guerra independentista, por los insurgentes al mando del hacendero de La Palma, Don Luis Macías; a la muerte de él, la  heredó a su nieto Diego Moreno Jaso, capitán de milicias realistas y a la postre Gobernador de Michoacán, Senador de la República Central, Diputado varias veces. Los Moreno la tuvieron en su poder hasta 1936 y fueron albaceas Antonia Moreno Depeyré, Diego Moreno Leñero y Manuel Fernando Moreno.

Guaracha, por más de 300 años, dominó los pueblos de la región, litigó, despojo a las comunidades indígenas y fue un ejemplo de la tiranización y de  esclavitud de los pueblos indígenas, de los afroamericanos y las castas. Por el odio a Guaracha, los habitantes de la zona participaron en casi todos los movimientos sociales del siglo XIX y siglo XX. Pero también, los papeles que hoy solo guardan el recuerdo de este enorme latifundio, solo sirven como la fuente de riqueza histórica y documental que contienen una historia fabulosa, de una vida que se fue.  

©Yuriana Candelaria García Vázquez- México-2020

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XII Congreso Estatal de la SMHAG todo un éxito

Jorge H. Lozano Barragán * Colaborador.

Jaripo, Michoacán, 18 de enero de 2020.- Fue a eso de las 10.39 de la mañana, que inició el XII Congreso estatal de la Sociedad Michoacana de Historia, Arqueología y Geografía, A. C., en el Teatro de la Parroquia de la Inmaculada Concepción de esta población del municipio de Villamar; dicha reunión anual, fue presidida por Candelaria García Vázquez, Vicepresidenta de la Sociedad, y la comisión designada para ello, formada por Alejandro Serrano, Luis Sandoval, Omar Ruiz Ávila y Arturo Abarca, así como el párroco del lugar, Jesús Esquivel.

Este año, se reconocieron a cuatro personalidades, a la cronista de Ajijic, Paola de Watterlot Montaño con la presea «Rafaela López Aguado» a la mujer destacada. Al Presidente de Tanhuato, Daniel Aranda Pérez con la presea «Michoacán», que se otorga a activistas, políticos destacados que en este caso, se otorgó por su labor en bien de su municipio. Al profesor literato Luis Girarte Martínez, autor de más de 24 libros, entre cuentos, novelas y poemarios, con más de 250 premios nacionales e internacionales se le entregó la presea nacional «José Palomarez Quiróz» . Así como a Ramón Israel Casillas, Cronista que hoy rescata el archivo histórico de Tanhuato con la presea «Fr. Pablo Beamount». Al acto estuvo presente, el Vicepresidente de la Academia Nacional de la Crónica, el maestro Francisco Gabriel Montes, en representación del Lic. Pedro Vargas Avalos, presidente de la ANACRO.

Se presentaron ponencias sobre la Historia del Imperio Purépecha, documentos como el Lienzo de Jucutacato, la Relación de Michoacán, códices y lienzos por Francisco Gabriel Montes. También el uso del cobre den la nación Purépecha por Luis Antonio Mendoza Damián, director del departamento de Arqueología, se habló de la Relación de Xiquilpan por Chavo Meza, cronista de Jiquilpan, así como de la Aritmética purépecha por Ramón Casillas, cronista de Tanhuato y la etimología de los nombres de los pueblos que proceden del purépecha por Candy García, cronista de Guaracha y Vicepresidenta de la SMHAG.

Hoy la Sociedad Michoacana, desde hace algunos meses, ha abierto sus puertas a las comunidades indígenas, ayer, estuvieron representantes de Totolán, Tarecuato y La Cantera, Mich., y se dio a conocer una reunión en Tarecuato, Michoacán, próximamente.

Para cerrar las actividades, se ofreció un banquete por el señor Cura Jesús Esquivel y Arturo Abarca Carrillo cronista de Jaripo, en el curato del lugar.