Sor Juana Inés de la Cruz, por siempre.

Patricia Rogel. *Cd. de México.

Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, destacada mujer del siglo XVII, ha sido conocida por su nombre religioso como Sor Juana Inés de la Cruz, nombre que se relaciona también con otros famosos epítetos que llevó en vida la monja jerónima: Décima Musa mexicana, Fénix de América y Fénix de México.

Nació un día como hoy, 12 de noviembre, pero de 1648, en San Miguel Nepantla, Estado de México.

Religiosa y escritora novohispana, exponente del Siglo de Oro de la literatura en español, que además, incorporó el náhuatl clásico a su creación poética.

Ampliamente reconocida como escritora, aunque ella misma declaró en su «Respuesta a Sor Filotea de la Cruz», que siempre escribió por encargo.

Escribió obras de teatro, como «Los empeños de una casa» (1683) y «Amor es más laberinto» (1689); autos sacramentales como «El divino Narciso» (1689) y abundante poesía.

Murió en la Ciudad de México, en el convento de San Jerónimo, hoy Universidad del Claustro de Sor Juana, el 17 de abril de 1695.

Sor Juana Inés de la Cruz, es considerada «la gran poeta hispanoamericana», que destacó por su deseo de emancipación y gran creatividad literaria, características que la convirtieron en pionera del movimiento feminista en México.

¿En perseguirme, mundo, qué interesas?

¿En perseguirme, mundo, qué interesas?

¿En qué te ofendo, cuando sólo intento

poner bellezas en mi entendimiento

y no mi entendimiento en las bellezas?

Yo no estimo tesoros ni riquezas,

y así, siempre me causa más contento

poner riquezas en mi entendimiento

que no mi entendimiento en las riquezas.

Yo no estimo hermosura que vencida

es despojo civil de las edades

ni riqueza me agrada fementida,

teniendo por mejor en mis verdades

consumir vanidades de la vida

que consumir la vida en vanidades.

Copyright © Patricia Rogel 2025.

Hablemos hoy de: El retrato de Dorian Gray

Paty Rogel

La única novela escrita por el escritor irlandés, Oscar Wilde, quien tuvo una prolífica obra como dramaturgo y cuentista.


Esta obra es una novela filosófica que representa la obsesión sobre el poder de la juventud y la belleza. Es, al mismo tiempo, una reflexión sobre la naturaleza del arte y la estética.


Publicada por primera vez en 1890, «El retrato de Dorian Gray», narra la amistad y experiencias entre el pintor Basil Hallway luego de que retrata a Dorian Gray. La obra comienza con un prefacio filosófico que bien vale analizar.


«El vicio y la virtud son los materiales del artista. Desde el punto de vista de la forma, el modelo de todas las artes es el arte del músico. Desde el punto de vista del sentimiento, el modelo es el talento del actor».

Posteriormente, en el primero y segundo capítulos está la clave de toda la trama. Lord Henry Wotton induce al joven y apuesto Dorian Gray al hedonismo y le abre los ojos ante la brevedad de la juventud. Basil imprime en el lienzo su obsesión y adoración por la belleza de Dorian y lo baña en halagos. Inquieto por aquellas ideas, Dorian Gray se entristece al ver el retrato terminado:


«–Sentémonos a la sombra –dijo lord Henry–. Parker nos ha traído las bebidas, y si se queda usted más tiempo bajo este sol de justicia se le echará a perder la tez y Basil nunca lo volverá a retratar. No debe permitir que el sol lo queme. Sería muy poco favorecedor».
«¡Qué triste resulta! ―murmuró Dorian Gray, los ojos todavía fijos en el retrato―. Me haré viejo, horrible, espantoso. Pero este cuadro siempre será joven. Nunca dejará atrás este día de junio… ¡Si fuese al revés! ¡Si yo me conservase siempre joven y el retrato envejeciera! Daría…, ¡daría cualquier cosa por eso! ¡Daría el alma!»
«La gente dice a veces que la belleza es sólo superficial. Tal vez. Pero, al menos, no es tan superficial como el pensamiento. Para mí la belleza es la maravilla de las maravillas. Tan sólo las personas superficiales no juzgan por las apariencias. El verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo que no se ve… Sí, señor Gray, los dioses han sido buenos con usted».

Poco después, el pintor Basil Hallway envía el retrato a casa de Dorian, al sentir que había puesto demasiado de su alma en él, y que, por lo tanto, era incapaz de destinarlo a una exposición.
Dorian Gray se enamora de la joven y bella actriz Sibyl Vane. Desde que la conoce, asiste todas las noches al teatro para verla actuar en diferentes obras, todas ellas de Shakespeare. El joven decide invitar a sus amigos, Basil y lord Henry, al teatro para que la conozcan. Pero aquella noche, Sibyl actúa pésimamente en el rol de Julieta, haciendo que la mitad del público, incluyendo a los invitados de Dorian, se retirasen antes de terminar.


Dorian visita a Sibyl tras bastidores después de la función y le reclama. Sibyl, le explica que, al haber conocido el verdadero amor, no lograba representarlo mediante personajes falsos, menos personificados por malos actores. El joven, furioso, le dice que con esa mala actuación había matado su amor, y termina la relación abruptamente.


Ya en su casa, Dorian se detiene a observar con atención su retrato. Al fijar la mirada, nota un cambio casi imperceptible en el canto de la boca: parecían las marcas de una sonrisa cruel. Es la primera vez que sospecha que su deseo podría haberse convertido en realidad. Con miedo de las consecuencias, esconde el cuadro.


«Después de quitarse la flor que llevaba en el ojal de la chaqueta, pareció vacilar. Finalmente regresó a la biblioteca, se acercó al cuadro y lo examinó con detenimiento. Iluminado por la escasa luz que empezaba a atravesar los estores de seda de color crema, le pareció que el rostro había cambiado ligeramente. La expresión parecía distinta. Se diría que había aparecido un toque de crueldad en la boca. Era, sin duda, algo bien extraño».

Al día siguiente, Dorian lamenta lo sucedido, y decide disculparse con Sibyl y cumplir su promesa de casamiento. Pero, en una visita, lord Henry le comenta que Sibyl ha muerto. En efecto, la joven se suicida al beber un vaso con materiales tóxicos, lo que despierta la sed de venganza de su hermano, James Vane.


Para consolar a Dorian, lord Henry le presta un libro sobre los pecados del mundo en diferentes épocas. El protagonista era un “parisino con temperamento romántico y científico extrañamente combinados”, y “contenía la historia de su vida, escrita antes de que él la hubiera vivido.”


Dorian tomó el libro como un manual. Entre tanto, los estragos físicos de su estilo de vida y sus acciones, cada vez más viles, eran absorbidos por su retrato, guardado a llave en el sótano. Hasta los 38 años, Dorian había logrado mantener su inmaculada belleza y juventud, con la cual provocaba a los otros a disfrutar del placer sin consecuencias, arrastrándolos hacia su ruina final.


«Dejándose caer sobre una silla empezó a pensar. De repente, como en un relámpago, se acordó de lo que dijera en el estudio de Basil Hallward el día en que el pintor concluyó el retrato. Sí; lo recordaba perfectamente. Había expresado un deseo insensato: que el retrato envejeciera y que él se conservara joven; que la perfección de sus rasgos permaneciera intacta, y que el rostro del lienzo cargara con el peso de sus pasiones y de sus pecados; que en la imagen pintada aparecieran las arrugas del sufrimiento y de la meditación, pero que él conservara todo el brillo delicado y el atractivo de una adolescencia que acababa de tomar conciencia de sí misma. No era posible que su deseo hubiera sido escuchado. Cosas así no sucedían, eran imposibles. Parecía monstruoso incluso pensar en ello. Y, sin embargo, allí estaba el retrato, con un toque de crueldad en la boca».

Con el tiempo, Dorian gana una terrible reputación. Tras años sin verlo, el pintor Basil Hallway recrimina a Dorian ante los comentarios de la gente. Dorian le dice que es su culpa y lo lleva a ver el cuadro. Basil se horroriza ante la terrible imagen y arrastra a Dorian al escritorio para rezar por su absolución. Pero Dorian, tras un impulso irresistible, apuñala a Basil a traición.


«En una ocasión, alguien que le había amado apasionadamente le escribió una carta que concluía con esta manifestación de idolatría: «El mundo ha cambiado porque tú estás hecho de marfil y oro. La curva de tus labios vuelve a escribir la historia». Aquellas frases le volvieron a la memoria, y las repitió una y otra vez. Luego su belleza le inspiró una infinita repugnancia y, arrojando el espejo al suelo, lo aplastó con el talón hasta reducirlo a astillas de plata. Su belleza le había perdido, su belleza y la juventud por la que había rezado».


Dorian se deshace de todas las pruebas que lo incriminan. Meses más tarde, con la conciencia intranquila, decide dar un último paso para su liberación: matar la obra y «todo lo que significaba». Así, toma el puñal con el que había matado a Basil y atraviesa el lienzo. Dorian cae al suelo dando grandes alaridos. Cuando los criados suben a la habitación, el cuerpo de un viejo yace en el suelo con un puñal en el corazón.


«En el interior encontraron, colgado de la pared, un espléndido retrato de su señor tal como lo habían visto por última vez, en todo el esplendor de su juventud y singular belleza. En el suelo, vestido de etiqueta, y con un cuchillo clavado en el corazón, hallaron el cadáver de un hombre mayor, muy consumido, lleno de arrugas y con un rostro repugnante. Sólo lo reconocieron cuando examinaron las sortijas que llevaba en los dedos».

Esta bella obra representa una tensión entre la moral y el hedonismo. Pero esta no es la única cuestión, ni se presenta aisladamente. Wilde convierte el retrato de Dorian Gray en un símbolo del arte como espejo de las acciones de los hombres. De manera que el efecto estético: el amor por la belleza física aparece acompañado de una significación moral, a la cual seguirá la autoconciencia.


«Quienes descubren significados ruines en cosas hermosas están corrompidos sin ser elegantes, lo que es un defecto. Quienes encuentran significados bellos en cosas hermosas son espíritus cultivados. Para ellos hay esperanza». (Prefacio).

¿Qué representa Dorian? Representa el exceso del esteticismo y del hedonismo. ¿Qué lo impulsa?


A Dorian Gray se le plantea este conflicto existencial desde que tiene conocimiento de la muerte inminente, pero es lord Henry quien despierta en él el horror a la muerte y, más aún, a envejecer…
El proceso al que asistimos con el personaje de Dorian Gray es, ciertamente, un proceso de envilecimiento impulsado por el temor ante la muerte inevitable, pero sobre todo ante la pérdida de la belleza, fuente de su poder e influencia social.
Así pues, Wilde introduce una cuestión compleja: el poder simbólico que deriva de la relación entre la belleza y la juventud.


Dorian Gray, cuya belleza y juventud despierta la admiración de todos, desdibuja su humanidad sin que nadie pueda percibirlo.


Por medio de la reflexión estética, Oscar Wilde logra interrelacionar la moral, el hedonismo, el poder, la juventud, la belleza y la condición humana y psicológica en una pieza maestra, una obra de arte por excelencia, un clásico de la literatura universal.


«El artista es creador de belleza. Revelar el arte y ocultar al artista es la meta del arte». (Prefacio).

El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde.


Novela gótica


Un clásico de la Literatura universal.
Magnifico.

Hablemos hoy de: «Moby Dick» novela publicada en 1851

Paty Rogel.

* «Llamadme Ismael. Hace unos años —no importa cuánto hace exactamente—, teniendo poco o ningún dinero en el bolsillo, y nada en particular que me interesara en tierra, pensé que me iría a navegar un poco por ahí, para ver la parte acuática del mundo. Es un modo que tengo de echar fuera la melancolía y arreglar la circulación. Cada vez que me sorprendo poniendo una boca triste; cada vez que en mi alma hay un noviembre húmedo y lloviznoso; cada vez que me encuentro parándome sin querer ante las tiendas de ataúdes; y, especialmente, cada vez que la hipocondría me domina de tal modo que hace falta un recio principio moral para impedirme salir a la calle con toda deliberación a derribar metódicamente el sombrero a los transeúntes, entonces, entiendo que es más que hora de hacerme a la mar tan pronto como pueda».



Este es, sin duda, uno de los comienzos más famosos de la historia de la literatura, una frase épica, de gran fuerza, que engancha al lector desde sus primeras líneas.
Es así como Herman Melville escribió una de las piezas fundamentales de la Literatura Universal, tanto por lo que cuenta como por todo lo que sugiere, pero en su momento supuso para el autor un fracaso total y aún hoy resulta bastante difícil de leer sin un propósito firme. Quizá por eso sea una de las obras más versionadas, con innumerables adaptaciones al mercado infantil, un musical de Nueva York y varias películas, tanto de animación como de imagen real.


En la mayoría de ellas han desaparecido los largos pasajes que dedica Melville a la vida dentro de los barcos balleneros y la trama se centra en la aventura y en la persecución enfermiza del cachalote, pasajes que resultan mucho más entretenidos.
Pero concentrándonos en la obra literaria, «Moby Dick» narra la travesía del barco ballenero Pequod por el océano Atlántico, el Índico y el Pacífico. En el libro se cuentan varios sucesos como las distintas cazas que se realizan, encuentros con otros barcos, tifones y finalmente el encuentro con la razón del título del libro, el famoso cachalote Moby Dick. Además de que se describen varios aspectos concernientes a la caza de ballenas, los cachalotes en sí, la extracción del aceite y el espermaceti (sustancia que se encuentra en la cabeza del cachalote y que se utilizaba para fabricar velas y productos cosméticos), la obra de Melville describe con maestría los tipos de ballenas que se conocían hasta el momento y varias actividades o situaciones que ocurrían a bordo de los barcos balleneros.
* «Era un barco pequeño más bien y con aspecto descuidado, todo él lleno de dibujos y relieves grotescos, que el capitán Peleg había mandado durante muchos años. Parecía un trofeo ambulante».



Los personajes que se presentan son todos importantes para la historia. Desde el capitán Ajab hasta el narrador Ismael. Sin embargo, a mi parecer, el libro deja muchos personajes como Dagoo, Tashtego, Dough-boy y otros más, sin desarrollar. No negaré que el libro tiene muy buenos personajes, de los cuales, Melville explica su trasfondo y desarrollo a lo largo del viaje, pero me parece que la obra pudo haber pasado más tiempo explorándolos en lugar de explayarse tanto en asuntos relacionados a las ballenas y a su caza.
* «Permítanos hablar, aunque mostremos todos nuestros defectos y debilidades: porque ser consciente de ello y no esconderlo es una señal de fortaleza».

La trama es sin duda muy interesante, de una prosa limpia y maravillosamente descriptiva, al grado de conseguir sentir de cerca a la gran ballena, y el ambiente marino, las necesidades a bordo y por fin encontrarse con Moby Dick, luego de atravesar el Atlántico hasta llegar al cabo de Buena Esperanza, navegar por el océano Índico y finalmente llegar al Pacífico.


* «¿Hemos de seguir persiguiendo a ese pez asesino hasta que hunda al último hombre? ¿Nos ha de arrastrar al fondo del mar?»

135 capítulos en una travesía a bordo de un barco ballenero, con el capitán Pequod, comandado por el capitán Ahab, junto a Ishmael y el arponero Queequeg en la obsesiva y autodestructiva persecución de un gran cachalote blanco, en el que autor divaga sobre su visión del mundo y su filosofía, lo anterior, aunado al lenguaje naval empleado.


* «Existe algunos momentos y ocasiones extrañas en este complejo y difícil asunto que llamamos vida, en que el hombre toma el universo entero por una broma pesada, aunque no pueda ver en ella gracia alguna y esté totalmente persuadido de que la broma corre a expensas suya».
Obra de profundo simbolismo.
«Moby Dick», una original obra que contiene una poderosa obsesión, miedos, fortaleza, venganza, racismo, y desde luego una aventura marina sin precedentes que hacen a esta novela merecedora del estatus de clásico de la Literatura.

«Moby Dick» de Herman Melville.
Novela de ficción y aventuras.
Un clásico de la la literatura universal.

Pablo Neruda, el gran poeta chileno Premio Nobel de Literatura 1971

Autor: Paty Rogel * EL Club de la Lectura


En los bosques chilenos el joven Neruda se perdía siguiendo el rastro de su propia curiosidad. Las sorpresas de los animales y la naturaleza, las playas y los vientos alimentaban los primeros versos de su poesía. Pero lo más valioso que encontró fue su propio paisaje, fue un poeta de la naturaleza.
Como ocurrió con otros de sus contemporáneos, por ejemplo, García Márquez o Mario Vargas Llosa; la figura paterna se opuso a sus inclinaciones literarias. En una época en la que ser poeta era sinónimo de bohemia y pobreza orgullosa, Neruda tuvo que vender muebles y otras posesiones para financiar su primera auto publicación.
«En 1923 se publicó ese mi primer libro: Crepusculario. Para pagar la impresión tuve dificultades y victorias cada día. Mis escasos muebles se vendieron. A la casa de empeños se fue rápidamente el reloj que solemnemente me había regalado mi padre, reloj al que él le había hecho pintar dos banderitas cruzadas. Al reloj siguió mi traje negro de poeta. El impresor era inexorable y, al final, lista totalmente la edición y pegadas las tapas, me dijo con aire siniestro: “No. No se llevará ni un solo ejemplar sin antes pagármelo todo”. El crítico Alone aportó generosamente los últimos pesos, que fueron tragados por las fauces de mi impresor; y salí a la calle con mis libros al hombro, con los zapatos rotos y loco de alegría.” Del libro «Confieso que he vivido»
Hombre de convicciones, Pablo Neruda no dejaba indiferente a nadie. Despertó filias y fobias a partes iguales. Tras la experiencia de la guerra en España, de regreso a Chile abrazó la causa comunista y se implicó en la vida política del país. Su posición combativa lo convirtió en blanco de una persecución que lo empujaría a la clandestinidad, y más tarde al exilio. Como un auténtico polizón, consiguió escapar cruzando a caballo el bosque austral que separa Chile de Argentina.
«Como nuestro camino era oculto y vedado, aceptábamos los signos más débiles de la orientación. No había huellas, no existían senderos y con mis cuatro compañeros a caballo buscábamos en ondulante cabalgata ——eliminando los obstáculos de poderosos árboles, imposibles ríos, roqueríos inmensos, desoladas nieves, adivinando más bien—el derrotero de mi propia libertad. Los que me acompañaban conocían la orientación, la posibilidad entre los grandes follajes, pero para saberse más seguros marcaban de un machetazo aquí y allá las cortezas de los grandes árboles dejando huellas que los guiarían en el regreso, cuando me dejaran solo con mi destino». (Confieso que he vivido).
Amó profundamente a su país y a su continente, llevó con orgullo durante toda su vida la etiqueta de poeta chileno y latinoamericano. En su «Canto General» surca el vasto imaginario sudamericano, desde las civilizaciones precolombinas hasta las luchas contemporáneas.
Pablo Neruda le escribió al amor de la mejor forma, sus libros de poemas «Veinte poemas de amor y una canción desesperada» y «Cien sonetos de amor», son la mejor muestra de una sensibilidad desbordada.

SONETO XVII
No te amo como si fueras rosa de sal, topacio
o flecha de claveles que propagan el fuego:
te amo como se aman ciertas cosas oscuras,
secretamente, entre la sombra y el alma.
Te amo como la planta que no florece y lleva
dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores,
y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo
el apretado aroma que ascendió de la tierra.
Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde,
te amo directamente sin problemas ni orgullo:
así te amo porque no sé amar de otra manera,
sino así de este modo en que no soy ni eres,
tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía,
tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño.

Pablo Neruda fue un hombre agradecido con quien lo apoyo desde su más tierna infancia, muestra de ello es la poesía que escribió a su madre adoptiva Trinidad Candia Marverde, quien lo cobijó desde que tenía 2 años:

LA MAMADRE
La mamadre viene por ahí,
con zuecos de madera. Anoche
sopló el viento del polo, se rompieron
los tejados, se cayeron
los muros y los puentes,
aulló la noche entera con sus pumas,
y ahora, en la mañana
de sol helado, llega
mi mamadre, doña
Trinidad Marverde,
dulce como la tímida frescura
del sol en las regiones tempestuosas,
lamparita
menuda y apagándose,
encendiéndose
para que todos vean el camino.
Oh dulce mamadre
«nunca pude
decir madrastra»,
ahora
mi boca tiembla para definirte,
porque apenas
abrí el entendimiento
vi la bondad vestida de pobre trapo oscuro,
la santidad más útil:
la del agua y la harina,
y eso fuiste: la vida te hizo pan
y allí te consumimos,
invierno largo a invierno desolado
con las goteras dentro
de la casa
y tu humildad ubicua
desgranando
el áspero
cereal de la pobreza
como si hubieras ido
repartiendo
un río de diamantes.
Ay mamá, ¿Cómo pude
vivir sin recordarte
cada minuto mío?
No es posible. Yo llevo
tu Marverde en mi sangre,
el apellido
del pan que se reparte,
de aquellas
dulces manos
que cortaron del saco de la harina
los calzoncillos de mi infancia,
de la que cocinó, planchó, lavó,
sembró, calmó la fiebre,
y cuando todo estuvo hecho,
y ya podía
yo sostenerme con los pies seguros,
se fue, cumplida, oscura,
al pequeño ataúddonde por primera vez estuvo ociosa
bajo la dura lluvia de Temuco.

El gran poeta recibió el Premio Nobel de Literatura 1971 «por una poesía que con la acción de una fuerza elemental da vida al destino y los sueños de un continente». Extraordinario.

El Principito de Antoine de Saint-Exupéry


Hace 123 años, nació Antoine Marie Jean-Baptiste Roger Conde de Saint-Exupéry, un 29 de junio de 1900. Creador de “El Principito”.

La noche del 31 de julio de 1944, en Córcega, era visto por última vez, antes de despegar de una base aérea en un avión P-38 y más tarde desaparecer. El misterio de lo que pudo suceder al escritor durante aquella misión fue motivo de múltiples teorías durante seis décadas, hasta que en 1998, el pescador Jean-Claude Bianco hizo una captura rutilante al sureste de Marsella: una pulsera identificativa de plata que llevaba el nombre del autor, de su mujer y de su editorial en New York. La autenticidad de la pieza fue cuestionada, y aquí entra en escena una parte determinante en la historia que sigue: los herederos de Saint-Exupéry, que llegaron a acusar a Bianco de fraude.

Se trataba de un indicio de que el avión podría estar cerca, hundido en el Mediterráneo. Sin embargo, ni el gobierno francés ni la familia de Saint-Exupéry le creyó en ese entonces. Temían que por el lugar donde se encontró el brazalete, muy lejos de donde se suponía que debía volar, el autor se hubiera suicidado.

Quien sí le creyó al pescador fue Luc Vanrell, un buzo francés quien decidió investigar y finalmente resolvió un misterio, aunque unos cuantos años más tarde.

En 2000 se calzó el traje de buceo y documentó decenas de pecios de aeronaves en la zona hasta dar con lo que era inequívocamente un P-38. Cándidamente, Vanrell pensaba que la autorización para investigar los vestigios llegaría con facilidad y urgencia ante la posible resolución de un episodio histórico de tal magnitud. Pero se equivocó. El gobierno francés tardó tres años en conceder el permiso, y solo lo hizo cuando otros equipos y cámaras de televisión comenzaron a merodear por el yacimiento.

La causa de este bloqueo fue, una vez más, la influencia de la poderosa familia de Saint-Exupéry. Pero cuando en 2003 los restos del avión fueron por fin examinados y recuperados, pudo confirmarse inequívocamente que aquel era el P-38 que Saint-Exupéry pilotaba el último día de julio de 1944.

Un día después de que desapareció misteriosamente del radar, una mujer reportó lo que parecía haber sido la caída de un avión cerca de Tolón, y días después se encontró un cadáver al sur de Marsella. A pesar de que no se identificó el cuerpo, se podían ver insignias francesas en la ropa. Aquel aviador anónimo fue enterrado en una fosa común en la localidad de Carqueiranne. Por entonces, una mujer dijo también haber presenciado la caída de un aeroplano al mar.

¿Sería aquel cuerpo el de Saint-Exupéry? Al parecer, en su día el sepulturero de Carqueiranne y el guarda del cementerio describieron que el cadáver, con graves lesiones en la cabeza y en las piernas, poseía una corpulencia que se correspondía con la del escritor. En los años 60 los restos de la fosa común se reubicaron, pero según parece aún están localizados. Es posible que quede poco o nada de ellos. Pero siempre que los restos no fueran incinerados y que aún persista algún fragmento, una posible identificación no sería en principio del todo descartable, incluso aunque se hayan mezclado con los de otras personas.

Las experiencias vividas como piloto fueron en algunas ocasiones su fuente de inspiración como escritor. A partir de entonces, a cada destino del piloto le atañe una período de su producción literaria, nutrida con la experiencia. Mientras se desempeñaba como jefe de estación aérea en el Sahara español, escribió su primera novela Correo del Sur (1928). Y otras que le sucedieron: Vuelo nocturno (Vol de Nuit) en 1931, Tierra de hombres (Terre des Hommes) en 1939 y Piloto de guerra (Pilote de Guerre) en 1942.

En uno de sus viajes, mientras se encontraba en África, sufrió un accidente y se perdió en el gran desierto. De esta experiencia surgiría su obra maestra: “El Principito”, cuya historia escribió durante su estadía en la ciudad de Nueva York al comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Publicado en 1943, es uno de los libros infantiles más leídos y traducidos de todos los tiempos.

Fuente: Literatura y algo más
Grandes maestros de la literatura universal

La visión futura también de Julio Verne

Verne predijo algo parecido a internet en una obra inédita poco conocida llamada “París en el siglo XX”.  Y no fue publicada en su época a causa de su concepción catastrófica de la vida y la sociedad, curiosamente, muy similar a la actual. Verne también imaginó la televisión y el helicóptero, así como la subida al poder del Nacional socialismo en la figura de Hitler.

El primer submarino fue otra de sus fantasías hechas realidad. El maravilloso Nautilus de “20.000 leguas de viaje submarino” no sólo deslumbró a los lectores por su originalidad, sino también por la autosuficiencia del aparato que permitía vivir en el mar sin tocar tierra firme. Aunado a la sabiduría del Capitán Nemo y sus aventuras.

Sin embargo, son sus obras “De la Tierra a la Luna” y “Alrededor de la Luna”, las que han cimentado la fama profética de Verne. En ellas el escritor brinda detalles precisos que, posteriormente, dejaron pasmados a los expertos cuando el hombre puso por primera vez el pie en la Luna. En esas novelas Verne eligió a Estados Unidos como país financiador del proyecto y al estado de Florida para el lanzamiento; un lugar muy próximo a Cabo Cañaveral. Y aún más: en la novela, el aterrizaje también se produce en el mar, a escasas cuatro millas del lugar en el que amarizó el Apolo 11. Tanto la velocidad de la cápsula como sus dimensiones se aproximan mucho a las reales de aquel Apolo 11 tripulado, también por tres astronautas…

Todo esto demuestra que Verne fue un pozo de ciencia. Aunque también existe la creencia de que formó parte de una milenaria sociedad secreta (la masonería) y tuvo acceso a datos que muy pocos hombres conocían. Su atracción hacia la criptografía quedó plasmada en muchas de sus obras y hay quien encuentra un mundo oculto y esotérico incluso en los nombres de sus personajes.

Creditos: Misterios del Mundo

Hablemos hoy de…La Divina Comedia de Dante Alighieri.

Autor: Paty Rogel del Club de la Lectura.

«La divina comedia» cuenta el maravilloso peregrinaje del autor por el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso, guiado por Virgilio y con la intermediación de una bella dama florentina llamada Beatriz, que se convierte así en mito de la poesía amorosa. Esta obra reúne la cosmovisión greco-romana y la cultura cristiana, exponiendo con elegancia las verdades de fe y recapitulando la historia del mundo. El resultado final es un fantástico viaje hacia la redención que abarca todo el argumento existencial, desde la creación del hombre hasta su destino final, la divinidad. Dante completó la Divina Comedia poco antes de su muerte en 1321.

Dos hechos biográficos:

— la muerte de su amada Beatriz y el exilio de su ciudad, Florencia— le sumieron en un estado de zozobra que sólo logró superar a través de la escritura de esta colosal obra.

Es uno de los grandes textos de la cultura europea, eternamente reinterpretado y analizado, además sigue inspirando a infinidad de artistas, como Salvador Dalí, Gustave Doré, Alberto Martini, Sandro Botticelli y Moebius, por nombrar algunos).

Dante, narró desde los suplicios del Infierno hasta la felicidad del Paraíso, desde las crueles amputaciones de los condenados hasta la belleza divina de los redimidos.

«La divina comedia» fue escrita en dialecto toscano, matriz del italiano actual, el cual se usó entre los siglos XI y XII. Dante finaliza cada una de las cánticas utilizando la palabra estrellas; conectándolas, a pesar de sus marcadas diferencias.

La estructura también afecta a los registros lingüísticos: en el infierno se utiliza un lenguaje vulgar, el texto del «Purgatorio» está lleno de citas bíblicas y el del «Paraíso», de himnos y cantos litúrgicos.

Antes de emprender el viaje hacia los tres mundos, Dante despierta en una selva oscura sin saber por qué llegó ahí. Cuando se habla de selva oscura se hace referencia a algo malo, a lo contrario a Dios, ya que esa selva era oscura, era mala. En esa selva se describe un paisaje inicial en el cual se ve el sol, las estrellas, la playa y la colina. El sol en representación de la divinidad, de Dios, la colina es el camino que debe subir para llegar a Dios, y Dante no puede llegar a esa luz porque en el camino se encuentra con tres fieras que son obstáculos para él, cada fiera representando un pecado. Ahí se encuentra con Virgilio y después de una conversación con este, comienza su viaje.

«La divina comedia» o simplemente «Commedia», como la tituló Dante, es considerada una de las mayores obras de la literatura universal. Su publicación supuso el distanciamiento de la literatura medieval para sentar las bases de la renacentista.

Dante es junto a Petrarca y Boccaccio el mayor exponente de las letras italianas, y su obra es de obligatoria lectura para humanistas.

«El infierno», es quizá el episodio más representativo, que resulta ser una lectura amena y rápida a la vez que intrigante y morbosa. En cambio, en «El Purgatorio» tiene un comienzo irregular, sobre todo tras el ligero final del anterior, pero consigue mantener la atención y «El Paraíso» se muestra una lectura que exige más al lector, pero igualmente fascinante.

Dante Alighieri (1265-1321), padre de la lengua italiana, invirtió doce años de su vida en escribir la Divina Comedia. Dos hechos biográficos -la muerte de su amada Beatriz y el exilio de su ciudad, Florencia- que le sumieron en un estado de incertidumbre y desilusión que sólo logró superar a través de una poesía universal que dejó a las generaciones venideras una obra plena de belleza e inmortalidad, base de la literatura alegórica medieval.

Con «La divina comedia» Dante pretende decir lo que nunca ha sido dicho de mujer alguna: la exaltación del triunfo celestial de la amada, la expresión de un amor que transciende las dimensiones físicas de este mundo y se convierte en pura espiritualidad. Así, el resultado final es un fantástico viaje hacia la redención que abarca todo el argumento existencial, desde la creación del hombre hasta su destino final, la divinidad.

EL INFIERNO: CANTO I

En medio del camino de nuestra vida

me encontré en un oscuro bosque,

ya que la vía recta estaba perdida.

¡Ah que decir, cuán difícil era y es

este bosque salvaje, áspero y fuerte,

que al pensarlo renueva el pavor.

Tan amargo, que poco lo es más la muerte:

pero por tratar del bien que allí encontré,

diré de las otras cosas que allí he visto.

No sé bien repetir como allí entré;

tan somnoliento estaba en aquel punto,

que el verdadero camino abandoné.

Pero ya que llegué al pie de un monte,

allá donde aquel valle terminaba,

que de pavor me había acongojado el corazón,

miré en alto, y vi sus espaldas

vestidas ya de rayos del planeta,

que a todos lleva por toda senda recta.

Entonces se aquietó un poco el espanto,

que en el hueco de mi corazón había durado

la noche entera, que pasé con tanto afán.

Y como aquel que con angustiado resuello

salido fuera del piélago a la orilla

se vuelve al agua peligrosa y la mira;

así mi alma, que aún huía,

volviose atrás a remirar el cruce,

que jamás dejó a nadie con vida.

Una vez reposado el fatigado cuerpo,

retomé el camino por la desierta playa,

tal que el pie firme era siempre el más bajo;

y al comenzar la cuesta,

apareció una muy ágil y veloz pantera,

que de manchada piel se cubría.

Y no se apartaba de ante mi rostro;

y así tanto me impedía el paso,

que me volví muchas veces para volverme.

Impresionante obra, con metáforas singulares, un viaje para la mente y el alma no sólo por el contenido religioso sino además poético.

Un libro especial con muchas referencias a la mitología e historia.

«La divina comedia» de Dante Alighieri.

Un clásico de la Literatura universal.

Maravilloso.