
Muere el Benemérito de las Américas…… Hoy 18 de julio fallece Pablo Benito Juárez García a la edad de 66 años, catorce años llevaba ya como presidente. Don Benito en 1871 no daba traza de querer dejar la presidencia, no sé si doña Margarita su esposa le haya sugerido que descansara ya, Juárez desechaba esas sugerencias, creyéndolas interesadas, don Benito debe haber repetido aquello de: Los consejos no pedidos los dan los entrometidos…
El 26 de junio de 1871 se efectuó la elección para presidente de la república, para el periodo 1871-1875, tres candidatos había, Juárez, Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz. Pues bien Juárez jamás estuvo dispuesto a dejar la presidencia por nada. La tensión entre Juárez y Díaz, culmino en la elección presidencial de 1871, cuando Juárez uso fondos del gobierno y se valió de toda suerte de artimañas para conseguir la reelección. Don Porfirio se lanzó a la guerra con el Plan de Tuxtepec para terminar con el gobierno dictatorial de Juárez. Don Benito afronto con mucha tranquilidad la rebelión de Díaz, las torpezas que cometió don Porfirio obligaron a este salir del país, sin embargo, en el Norte la sublevación había cundido.
El 17 de julio de 1872, don Benito despacho como de costumbre los asuntos de su cargo, dicto una carta a su secretario, no podía imaginar mientras dictaba que la firma que pondría a esa carta sería la última que estamparía en su correspondencia. Decía: Esperamos de un momento a otro la ocupación de Monterrey por las fuerzas unidas de los generales Sostenes Rocha, Ceballos y Revueltas… Y en efecto esa misma noche Monterrey fue abandonada por los del Plan de Tuxtepec, había sido tomada por los juaristas.
Don Benito impasible como una esfinge, desde las 7 de la mañana del 17 de julio, había sentido síntomas iniciales del mal que lo llevo a la tumba, que posteriormente seria descrito por los médicos como una neurosis crónica del gran simpático. Aunque para algunos historiadores contemporáneos, a don Benito fue envenenado con una hierba llamada la ventiunilla, dada en una fiesta por la Carambada mujer enemiga de Juárez. don Darío Balandrano director del diario oficial, cuenta que estaba leyendo en voz alta la nota de un periódico cuando de pronto don Benito se levantó del asiento y se llevó las manos al cerebro haciendo un gesto de dolor. El resto de la jornada trascurrió normalmente.
Al despertar a las 6 de la mañana del 18 de julio de 1872, don Benito se sintió muy mal, tanto que por primera vez en muchos años no pudo levantarse para ir a su trabajo, doña Margarita había fallecido un año y medio antes el 2 de enero de 1871, don Benito a los doctores les dio la orden; a nadie debían decir que estaba en cama. Paso toda la mañana con un dolor cordial, a las 7 de la tarde los malestares se hicieron más intensos, el doctor Alvarado médico de la familia dijo a la familia, el señor presidente está muy grave, por disposición de Alvarado fueron llamados los doctores Rafael Lucio y Gabino Barreda, uno de ellos sugirió un tratamiento que consistía en derramar agua hirviendo sobre el pecho del enfermo a fin de reanimarle el corazón, se procedió a realizar tremenda cura, que causo intensísimo dolor a Juárez. A las 10 de la noche Juárez agravo, los médicos decidieron aplicarle inyecciones de morfina en el lado izquierdo del pecho. A las 11:25 de la noche de aquel 18 de julio de 1872, se recostó sobre su lado izquierdo y puso la cabeza en su mano sobre la almohada. Cerró los ojos, a las 11:30, se agito un momento y un estertor salió de su garganta. Luego su cuerpo pareció aflojarse, el doctor Alvarado se acercó y le tomo la mano, luego, sin levantar el rostro, pronuncio una sola palabra; Acabo…
Esa misma noche se acordó llevar el cadáver del presidente a un salón del Palacio Nacional, antes sin embargo, los doctores Alvarado, Barreda y Lucio, procedieron a embalsamar el cadáver. Don Benito fue sepultado hasta el 23 de julio, en el túmulo mortuorio del difunto no aparecieron símbolos religiosos, si no los de la orden de la masonería. Fue sepultado en el templo – panteón San Fernando, a los dignatarios de la iglesia les habría gustado seguramente impedir el entierro del presidente, en sagrado, pues Juárez fue enconado enemigo del clero y, además murió impenitente. Ya no podían los clericós, sin embargo, hacer tal cosa, pues las Leyes de Reforma habían convertido en civiles los cementerios religiosos….
FUENTE: Conoce México a través de su historia (página de facebook)
Descubre más desde Crónicas de la Ciénega. Desde Michoacán.
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.