La epidemia de influenza en 1918 en Jocotepec.

Mtro. Manuel Flores Jiménez  * Cronista de Jocotepec, Jal.,


Ochenta y cinco años después del juramento al Señor del Monte (8 noviembre 1833), Jocotepec y su región se vio asolado por una peligrosa epidemia de influenza, llamada “la fiebre española”. Aunque no eran las fiebres palúdicas nombradas tercianas y cuartanas, pero sí eran parecidas las que la quebrantada salud de los feligreses de este pueblo padecieron a causa de este mal.
Esto ocurrió a fines del año de 1918, cuando aún estaba vigente la efervescencia de los grupos revolucionarios que transitaban por este pueblo de paso. Durante este año ocuparon el cargo de presidente municipal Rafael González, Vicente Urzúa y Arnulfo Olmedo, siendo éste último el que comunicó al gobierno estatal, el 3 de octubre de ese año, que en el mes de septiembre de 1918, no ocurrió “ninguna enfermedad epidémica en las personas, ni epizootia en los animales”.
Pero tres semanas después (24 octubre 1918), el mismo munícipe notificaba al Gobernador del Estado de Jalisco que “se está desarrollando en este municipio la influenza española de manera alarmante”. En un corto lapso de veintiún días se desarrolló esta epidemia en forma severa, sabiéndose que causó la pérdida de vidas humanas en todo el municipio. Ante la alarmante y crítica situación que provocó esta enfermedad, el entonces párroco don Justo Teófilo Araiza, convocó a toda la población y autoridades del gobierno civil para que se realizara la renovación del juramento firmado el 8 de noviembre de 1833.
Se invitó a tan significativo acto a algunos sacerdotes que habían estado años atrás como párrocos y vicarios, entre los que se pueden citar a Eduardo Aguilar, Juan Nepomuceno Martín (quien después de haber sido cura en este pueblo, años después asumió el cargo de Abad de la basílica de San Juan de los Lagos, donde también fue canónigo el Pbro. José Sánchez Contreras), Emigdio Carrillo, José Refugio Orozco y Pedro Sánchez, quienes según datos reseñados en la Novena y Triduo al Señor del Monte, firmaron el acta de tal renovación en la que estuvieron presentes y registraron su rúbrica los representantes de los agricultores, pescadores, herreros, panaderos, obrajeros, así como los miembros de asociaciones religiosas de la parroquia como la Vela Perpetua, Hijas de María, Apostolado de la Oración, Catecismo y otros más.
Este acontecimiento tuvo lugar el 6 de diciembre de 1918, y quedó registrado en una imagen fotográfica, para luego elaborar una pintura de gran tamaño donde quedaron plasmadas las figuras de algunos de los firmantes, entre los que se destacan Eulogio Vergara, Guadalupe Ibarra, Juan Ibarra, José Ibarra, Manuel Olmedo, Juan Zenteno, José Torres, José Corona, Vicente Mora, José O. Rivera, Bernardo Cuevas, Faustino Ibarra, Simón Navarro, Antonio Ibarra O, Miguel Solís León, Rafael Rodríguez, Juan Sánchez, José García Arechavala, Mariano Luvián, Antonio Elvira, J. Jesús Ramírez, Faustino Rodríguez, Donaciano Olmedo, Aureliano Gálvez, Diego Pérez, Hilario Aldana.
Esta pintura es de gran valor estimativo por el contenido que representa. Se encuentra en el templo parroquial de Jocotepec, y una copia de ella se realizó en un muro del interior del restaurante La Carreta, a iniciativa de su propietario, Catarino Olmedo Ramos. El ejecutor de dicho mural fue Isidro Xilonxóchitl (Xilotl), de San Juan Cosalá.


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