Hablemos hoy de: El retrato de Dorian Gray

Paty Rogel

La única novela escrita por el escritor irlandés, Oscar Wilde, quien tuvo una prolífica obra como dramaturgo y cuentista.


Esta obra es una novela filosófica que representa la obsesión sobre el poder de la juventud y la belleza. Es, al mismo tiempo, una reflexión sobre la naturaleza del arte y la estética.


Publicada por primera vez en 1890, «El retrato de Dorian Gray», narra la amistad y experiencias entre el pintor Basil Hallway luego de que retrata a Dorian Gray. La obra comienza con un prefacio filosófico que bien vale analizar.


«El vicio y la virtud son los materiales del artista. Desde el punto de vista de la forma, el modelo de todas las artes es el arte del músico. Desde el punto de vista del sentimiento, el modelo es el talento del actor».

Posteriormente, en el primero y segundo capítulos está la clave de toda la trama. Lord Henry Wotton induce al joven y apuesto Dorian Gray al hedonismo y le abre los ojos ante la brevedad de la juventud. Basil imprime en el lienzo su obsesión y adoración por la belleza de Dorian y lo baña en halagos. Inquieto por aquellas ideas, Dorian Gray se entristece al ver el retrato terminado:


«–Sentémonos a la sombra –dijo lord Henry–. Parker nos ha traído las bebidas, y si se queda usted más tiempo bajo este sol de justicia se le echará a perder la tez y Basil nunca lo volverá a retratar. No debe permitir que el sol lo queme. Sería muy poco favorecedor».
«¡Qué triste resulta! ―murmuró Dorian Gray, los ojos todavía fijos en el retrato―. Me haré viejo, horrible, espantoso. Pero este cuadro siempre será joven. Nunca dejará atrás este día de junio… ¡Si fuese al revés! ¡Si yo me conservase siempre joven y el retrato envejeciera! Daría…, ¡daría cualquier cosa por eso! ¡Daría el alma!»
«La gente dice a veces que la belleza es sólo superficial. Tal vez. Pero, al menos, no es tan superficial como el pensamiento. Para mí la belleza es la maravilla de las maravillas. Tan sólo las personas superficiales no juzgan por las apariencias. El verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo que no se ve… Sí, señor Gray, los dioses han sido buenos con usted».

Poco después, el pintor Basil Hallway envía el retrato a casa de Dorian, al sentir que había puesto demasiado de su alma en él, y que, por lo tanto, era incapaz de destinarlo a una exposición.
Dorian Gray se enamora de la joven y bella actriz Sibyl Vane. Desde que la conoce, asiste todas las noches al teatro para verla actuar en diferentes obras, todas ellas de Shakespeare. El joven decide invitar a sus amigos, Basil y lord Henry, al teatro para que la conozcan. Pero aquella noche, Sibyl actúa pésimamente en el rol de Julieta, haciendo que la mitad del público, incluyendo a los invitados de Dorian, se retirasen antes de terminar.


Dorian visita a Sibyl tras bastidores después de la función y le reclama. Sibyl, le explica que, al haber conocido el verdadero amor, no lograba representarlo mediante personajes falsos, menos personificados por malos actores. El joven, furioso, le dice que con esa mala actuación había matado su amor, y termina la relación abruptamente.


Ya en su casa, Dorian se detiene a observar con atención su retrato. Al fijar la mirada, nota un cambio casi imperceptible en el canto de la boca: parecían las marcas de una sonrisa cruel. Es la primera vez que sospecha que su deseo podría haberse convertido en realidad. Con miedo de las consecuencias, esconde el cuadro.


«Después de quitarse la flor que llevaba en el ojal de la chaqueta, pareció vacilar. Finalmente regresó a la biblioteca, se acercó al cuadro y lo examinó con detenimiento. Iluminado por la escasa luz que empezaba a atravesar los estores de seda de color crema, le pareció que el rostro había cambiado ligeramente. La expresión parecía distinta. Se diría que había aparecido un toque de crueldad en la boca. Era, sin duda, algo bien extraño».

Al día siguiente, Dorian lamenta lo sucedido, y decide disculparse con Sibyl y cumplir su promesa de casamiento. Pero, en una visita, lord Henry le comenta que Sibyl ha muerto. En efecto, la joven se suicida al beber un vaso con materiales tóxicos, lo que despierta la sed de venganza de su hermano, James Vane.


Para consolar a Dorian, lord Henry le presta un libro sobre los pecados del mundo en diferentes épocas. El protagonista era un “parisino con temperamento romántico y científico extrañamente combinados”, y “contenía la historia de su vida, escrita antes de que él la hubiera vivido.”


Dorian tomó el libro como un manual. Entre tanto, los estragos físicos de su estilo de vida y sus acciones, cada vez más viles, eran absorbidos por su retrato, guardado a llave en el sótano. Hasta los 38 años, Dorian había logrado mantener su inmaculada belleza y juventud, con la cual provocaba a los otros a disfrutar del placer sin consecuencias, arrastrándolos hacia su ruina final.


«Dejándose caer sobre una silla empezó a pensar. De repente, como en un relámpago, se acordó de lo que dijera en el estudio de Basil Hallward el día en que el pintor concluyó el retrato. Sí; lo recordaba perfectamente. Había expresado un deseo insensato: que el retrato envejeciera y que él se conservara joven; que la perfección de sus rasgos permaneciera intacta, y que el rostro del lienzo cargara con el peso de sus pasiones y de sus pecados; que en la imagen pintada aparecieran las arrugas del sufrimiento y de la meditación, pero que él conservara todo el brillo delicado y el atractivo de una adolescencia que acababa de tomar conciencia de sí misma. No era posible que su deseo hubiera sido escuchado. Cosas así no sucedían, eran imposibles. Parecía monstruoso incluso pensar en ello. Y, sin embargo, allí estaba el retrato, con un toque de crueldad en la boca».

Con el tiempo, Dorian gana una terrible reputación. Tras años sin verlo, el pintor Basil Hallway recrimina a Dorian ante los comentarios de la gente. Dorian le dice que es su culpa y lo lleva a ver el cuadro. Basil se horroriza ante la terrible imagen y arrastra a Dorian al escritorio para rezar por su absolución. Pero Dorian, tras un impulso irresistible, apuñala a Basil a traición.


«En una ocasión, alguien que le había amado apasionadamente le escribió una carta que concluía con esta manifestación de idolatría: «El mundo ha cambiado porque tú estás hecho de marfil y oro. La curva de tus labios vuelve a escribir la historia». Aquellas frases le volvieron a la memoria, y las repitió una y otra vez. Luego su belleza le inspiró una infinita repugnancia y, arrojando el espejo al suelo, lo aplastó con el talón hasta reducirlo a astillas de plata. Su belleza le había perdido, su belleza y la juventud por la que había rezado».


Dorian se deshace de todas las pruebas que lo incriminan. Meses más tarde, con la conciencia intranquila, decide dar un último paso para su liberación: matar la obra y «todo lo que significaba». Así, toma el puñal con el que había matado a Basil y atraviesa el lienzo. Dorian cae al suelo dando grandes alaridos. Cuando los criados suben a la habitación, el cuerpo de un viejo yace en el suelo con un puñal en el corazón.


«En el interior encontraron, colgado de la pared, un espléndido retrato de su señor tal como lo habían visto por última vez, en todo el esplendor de su juventud y singular belleza. En el suelo, vestido de etiqueta, y con un cuchillo clavado en el corazón, hallaron el cadáver de un hombre mayor, muy consumido, lleno de arrugas y con un rostro repugnante. Sólo lo reconocieron cuando examinaron las sortijas que llevaba en los dedos».

Esta bella obra representa una tensión entre la moral y el hedonismo. Pero esta no es la única cuestión, ni se presenta aisladamente. Wilde convierte el retrato de Dorian Gray en un símbolo del arte como espejo de las acciones de los hombres. De manera que el efecto estético: el amor por la belleza física aparece acompañado de una significación moral, a la cual seguirá la autoconciencia.


«Quienes descubren significados ruines en cosas hermosas están corrompidos sin ser elegantes, lo que es un defecto. Quienes encuentran significados bellos en cosas hermosas son espíritus cultivados. Para ellos hay esperanza». (Prefacio).

¿Qué representa Dorian? Representa el exceso del esteticismo y del hedonismo. ¿Qué lo impulsa?


A Dorian Gray se le plantea este conflicto existencial desde que tiene conocimiento de la muerte inminente, pero es lord Henry quien despierta en él el horror a la muerte y, más aún, a envejecer…
El proceso al que asistimos con el personaje de Dorian Gray es, ciertamente, un proceso de envilecimiento impulsado por el temor ante la muerte inevitable, pero sobre todo ante la pérdida de la belleza, fuente de su poder e influencia social.
Así pues, Wilde introduce una cuestión compleja: el poder simbólico que deriva de la relación entre la belleza y la juventud.


Dorian Gray, cuya belleza y juventud despierta la admiración de todos, desdibuja su humanidad sin que nadie pueda percibirlo.


Por medio de la reflexión estética, Oscar Wilde logra interrelacionar la moral, el hedonismo, el poder, la juventud, la belleza y la condición humana y psicológica en una pieza maestra, una obra de arte por excelencia, un clásico de la literatura universal.


«El artista es creador de belleza. Revelar el arte y ocultar al artista es la meta del arte». (Prefacio).

El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde.


Novela gótica


Un clásico de la Literatura universal.
Magnifico.

Hablemos hoy de: «Moby Dick» novela publicada en 1851

Paty Rogel.

* «Llamadme Ismael. Hace unos años —no importa cuánto hace exactamente—, teniendo poco o ningún dinero en el bolsillo, y nada en particular que me interesara en tierra, pensé que me iría a navegar un poco por ahí, para ver la parte acuática del mundo. Es un modo que tengo de echar fuera la melancolía y arreglar la circulación. Cada vez que me sorprendo poniendo una boca triste; cada vez que en mi alma hay un noviembre húmedo y lloviznoso; cada vez que me encuentro parándome sin querer ante las tiendas de ataúdes; y, especialmente, cada vez que la hipocondría me domina de tal modo que hace falta un recio principio moral para impedirme salir a la calle con toda deliberación a derribar metódicamente el sombrero a los transeúntes, entonces, entiendo que es más que hora de hacerme a la mar tan pronto como pueda».



Este es, sin duda, uno de los comienzos más famosos de la historia de la literatura, una frase épica, de gran fuerza, que engancha al lector desde sus primeras líneas.
Es así como Herman Melville escribió una de las piezas fundamentales de la Literatura Universal, tanto por lo que cuenta como por todo lo que sugiere, pero en su momento supuso para el autor un fracaso total y aún hoy resulta bastante difícil de leer sin un propósito firme. Quizá por eso sea una de las obras más versionadas, con innumerables adaptaciones al mercado infantil, un musical de Nueva York y varias películas, tanto de animación como de imagen real.


En la mayoría de ellas han desaparecido los largos pasajes que dedica Melville a la vida dentro de los barcos balleneros y la trama se centra en la aventura y en la persecución enfermiza del cachalote, pasajes que resultan mucho más entretenidos.
Pero concentrándonos en la obra literaria, «Moby Dick» narra la travesía del barco ballenero Pequod por el océano Atlántico, el Índico y el Pacífico. En el libro se cuentan varios sucesos como las distintas cazas que se realizan, encuentros con otros barcos, tifones y finalmente el encuentro con la razón del título del libro, el famoso cachalote Moby Dick. Además de que se describen varios aspectos concernientes a la caza de ballenas, los cachalotes en sí, la extracción del aceite y el espermaceti (sustancia que se encuentra en la cabeza del cachalote y que se utilizaba para fabricar velas y productos cosméticos), la obra de Melville describe con maestría los tipos de ballenas que se conocían hasta el momento y varias actividades o situaciones que ocurrían a bordo de los barcos balleneros.
* «Era un barco pequeño más bien y con aspecto descuidado, todo él lleno de dibujos y relieves grotescos, que el capitán Peleg había mandado durante muchos años. Parecía un trofeo ambulante».



Los personajes que se presentan son todos importantes para la historia. Desde el capitán Ajab hasta el narrador Ismael. Sin embargo, a mi parecer, el libro deja muchos personajes como Dagoo, Tashtego, Dough-boy y otros más, sin desarrollar. No negaré que el libro tiene muy buenos personajes, de los cuales, Melville explica su trasfondo y desarrollo a lo largo del viaje, pero me parece que la obra pudo haber pasado más tiempo explorándolos en lugar de explayarse tanto en asuntos relacionados a las ballenas y a su caza.
* «Permítanos hablar, aunque mostremos todos nuestros defectos y debilidades: porque ser consciente de ello y no esconderlo es una señal de fortaleza».

La trama es sin duda muy interesante, de una prosa limpia y maravillosamente descriptiva, al grado de conseguir sentir de cerca a la gran ballena, y el ambiente marino, las necesidades a bordo y por fin encontrarse con Moby Dick, luego de atravesar el Atlántico hasta llegar al cabo de Buena Esperanza, navegar por el océano Índico y finalmente llegar al Pacífico.


* «¿Hemos de seguir persiguiendo a ese pez asesino hasta que hunda al último hombre? ¿Nos ha de arrastrar al fondo del mar?»

135 capítulos en una travesía a bordo de un barco ballenero, con el capitán Pequod, comandado por el capitán Ahab, junto a Ishmael y el arponero Queequeg en la obsesiva y autodestructiva persecución de un gran cachalote blanco, en el que autor divaga sobre su visión del mundo y su filosofía, lo anterior, aunado al lenguaje naval empleado.


* «Existe algunos momentos y ocasiones extrañas en este complejo y difícil asunto que llamamos vida, en que el hombre toma el universo entero por una broma pesada, aunque no pueda ver en ella gracia alguna y esté totalmente persuadido de que la broma corre a expensas suya».
Obra de profundo simbolismo.
«Moby Dick», una original obra que contiene una poderosa obsesión, miedos, fortaleza, venganza, racismo, y desde luego una aventura marina sin precedentes que hacen a esta novela merecedora del estatus de clásico de la Literatura.

«Moby Dick» de Herman Melville.
Novela de ficción y aventuras.
Un clásico de la la literatura universal.

Hablemos hoy de…La novela más exitosa de la escritora española María Dueñas; «El tiempo entre costuras».

Mtra. Paty Rogel

Esta obra está ambientada entre los años 30´s y 40´s, años muy convulsos en España y toda Europa, teniendo como eje a Sira Quiroga.

Publicada en el 2009, la novela es una gran cadena de avatares, entre romance, trazos de intriga que rememoran pasajes de cine clásico, sucesos iniciáticos, localizaciones exóticas y esquemáticos apuntes histórico-ideológicos.

Sira una joven modista que abandona Madrid arrastrada por un amor, se instala en Marruecos, pero sufre el dolor de la traición y el abandono en el peor de los momentos. Contra todo pronóstico, Sira debe volver a su patria y comenzar de nuevo.

  • «En cualquier momento y sin causa aparente, todo aquello que creemos estable puede desajustarse, desviarse, torcer su rumbo y empezar a cambiar».

Una labor exhaustiva llevada a cabo por la autora que logra recrear la época en la que transcurre la trama. Así nos mostrará cómo era la España prebélica y el ambiente castizo en el que se movía Sira Quiroga, el paisaje exótico del protectorado español de Marruecos y la vida en su capital, Tetuán, un mosaico en el que convivían distintas culturas invitándonos a pasear por las calles de la judería o a visitar las residencias que los españoles tenían en el ensanche.

  • «Nadie es quien solía ser después de una guerra como la nuestra».

Una época de contrastes en la que nos encontramos con la pobreza de unos y el glamur en el que nadaban los más poderosos.

Opulencia que también volveremos a encontrarnos en el Madrid de la posguerra a donde se trasladará Sira Quiroga para continuar con su misión, pues nadie desconfiaría de que una modista de alta costura en cuyo taller se atendía, sobre todo, a las esposas de los militares nazis que hasta la ciudad norteafricana y la capital madrileña se habían trasladado y en donde se encontrarían con un conflicto de intereses con los aliados en una carrera entre ambos bandos en la que se presagiaba un inminente inicio de una nueva conflagración a escala mundial.

  • «Nunca habría podido imaginar que la sensación de volver a tener una aguja entre los dedos llegara a resultar tan gratificante».

El tiempo entre costuras es una novela que transpira historia por todos lados lo que le da un aire previsible a la misma, no cabe duda, pero la novela de ficción histórica siempre adolecerá de este bendito defecto porque la historia pasada no se puede cambiar.

  • «La rectitud y la honradez eran conceptos hermosos, pero no daban de comer, ni pagaban las deudas, ni quitaban el frío en las noches de invierno».

Solo los hechos ficticios y las licencias que pueda tomarse el autor en determinados momentos de su obra servirán para que el lector quede cautivado por el trabajo realizado. Y esto, sin duda, lo logra María Dueñas con la figura de Sira Quiroga y todo lo que ocurre a su alrededor. Es una gran oportunidad para quienes no acostumbran a leer novelas de ficción histórica se adentren en este género.

  • «Tenemos que ayudar. Tú, yo, todos, cada uno en la medida de sus posibilidades. Tenemos que aportar nuestro grano de arena para que esta locura no siga avanzando».

«El tiempo entre costuras» un interesante momento de la guerra civil española, entre espionaje, traición, abandono, conspiración, amor, y el coraje de Sira Quiroga, una mujer que se formó a sí misma aun contra corriente.

«El tiempo entre costuras» de María Dueñas.

Novela histórica.

Recomendable.